Según se consideraba en 1920, uno de los animales antediluvianos más curiosos era el “Camarosaurio”, animal que se suponía vivió hace quince millones de años y cuyos restos fósiles hicieron pensar que poseía tres cerebros, a pesar de que este enorme saurio no tenía mucho en lo que pensar. El primero de ellos, situado en la cavidad craneana, era el que controlaba la vista, el oído, el olfato, el gusto y, posiblemente, el sentimiento del yo. El segundo presidía las funciones del cuerpo y de las patas delanteras y el tercero las de las patas traseras y la inmensa cola. Mantener ese enorme corpachón le obligaba a estar comiendo continuamente, no sólo hierbas y hojas sino también raíces, estando sus dientes adaptados para la excavación y recolección de éstas.
Esta noticia fue publicada en Alrededor del Mundo, el 12 de julio de 1920.
Transcripción (textual):
Esta noticia fue publicada en Alrededor del Mundo, el 12 de julio de 1920.
Transcripción (textual):
Uno de los animales antediluvianos más curiosos es el camarosaurio, cuyos restos fósiles nos han demostrado que tenía tres cerebros: uno en la cavidad craneana, otro en el arranque del cuello, en la vértebra que cae sobre las patas delanteras, y el tercero en el sacro.
Lo más raro es que el cerebro de la cabeza era el más pequeño, pues era del tamaño de un huevo de gallina y de un peso de solamente unos 60 gramos, mientras que el mayor, o sea el colocado en el sacro, se calcula que tendría un kilo de peso aproximadamente; el otro cerebro vendría a tener la mitad de peso de ese último.
El esqueleto de este gigantesco animal ha sido montado en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, y se ha hecho un ejemplar en bronce del animal entero como se supone que era cuando andaba por tierra.
Mide de la cabeza a la cola 16,50 metros; 4,20 de alto hasta la cruz.
Se le ha dado el nombre de camarosaurio por las cámaras de aire de sus huesos, y también se le llama dinosaurio rastrillo o draga por la forma de sus dientes.
El pequeño cerebro del cráneo no era suficiente para presidir todas las funciones de su enorme corpachón, y la Naturaleza encontró más fácil ensanchar la columna vertebral en dos puntos y colocar allá otros dos cerebros. El cerebro de la cabeza sólo presidía las funciones de la vista, oído, olfato, gusto y quizás el sentimiento del yo.
La facultad de coordinar existía en la espina dorsal.
El camarosaurio es el primer paso dado por la Naturaleza en la evolución del cerebro, y ha sido el primer animal que haya poseído espinazo de hueso, pues los anteriores sólo tenían cartílago.
Según el profesor Osborn, este inmenso saurio vivió hace quince millones de años y durante un periodo de tres millones de años fue el animal dominante en la tierra. Era un animal de marcha lenta, muy pesado; tenía una doble hilera de dientes distintos de los demás reptiles de forma de dientes de rastrillo, y mejor aún, de cucharas muy alargadas, y al abrir y cerrar la boca funcionaban como los dientes de una draga. Estos dientes le servían para procurarse el único alimento que en aquella época podía tener: es decir, la vegetación que nacía en las lagunas y grandes charcos y las hojas de los árboles que crecían en las orillas: ahora bien, las hierbas y hojas no podían bastarle para su alimentación. La hacía falta más, y para poder arrancar las raíces y cavar en la tierra la Naturaleza le dotó de los dientes con la forma original de rastrillo o cucharas.
El esqueleto del camarosaurio parece dividido en tres partes: cabeza y cuello la primera, cuerpo la segunda y cola la tercera. Este animal no tenía necesidad grande de un cerebro en el cráneo, pues no tenía mucho en qué pensar, como no fuese procurarse unas cuantas toneladas diarias para su alimento. A causa de la pequeñez de su boca y el estrecho esófago, el saurio debió pasar la mayor parte del día comiendo.
El doctor Mook posee un fragmento de la piel del camarosaurio, que es suave y lisa.
Su cuello, en lugar de arrancar de la parte alta del cuerpo, se encorvaba y ensanchaba entre el cruce de las patas delanteras; su cola, igualmente se ensanchaba hacia abajo.
Este animal podía sostenerse sobre sus patas traseras, como el canguro, patas como las de los mamíferos: sus tremendas garras de las patas delanteras debían hacer de él un terrible enemigo; un coletazo de su formidable cola sería mortal para los mayores animales.
Muchas son las curiosidades que ofrece este animal, pero ninguna como la de poseer tres cerebros. Ya hemos dicho las funciones que presidía el cerebro de la cavidad craneana; el segundo presidía las funciones del cuerpo y de las patas delanteras, y el tercero las de las patas traseras y la inmensa cola.
En el Colorado, que es donde se han hallado los restos fósiles de este animal se están haciendo exploraciones en busca de más ejemplares.
Según los sabios ocupados en estas investigaciones, es de suponer que den con algún otro de dimensiones aún mayores, pues el ejemplar que nos ocupa se ha encontrado muy cerca de la superficie y se cree que a mayores profundidades puedan dar con algún esqueleto de proporciones aún más gigantescas.
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Pie de figuras (textual):
Reproducción de camarosaurio. A su lado, un automóvil que da idea del tamaño del monstruo. Arriba, la cabeza del reptil.
Esqueleto del camarosaurio visto de perfil y el espinazo visto de plano. Los tres cerebros estaban colocados en A, B y C.
El Camarasaurus no vivió hace 15 millones de años, sino hace 155 millones de años.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Camarasaurus
Corrígeme si me equivoco, pero de ser sólo 15 millones de años el Camarasaurus no sería un dinosaurio.
Hola David, si lees el texto con detenimiento verás que es la transcripción literal de una noticia del 12 de julio de 1920... esas inexactitudes son las que hacian interesante este texto como elemento histórico, pero no se pretende que sea información dinosauriana actualizada
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