1.3.13

Crocodilomorfos gourmets del Mesozoico


Esta hipotética escena podría ser habitual en un restaurante de finales del Mesozoico si tenemos en cuenta dos recientes artículos científicos que estudian marcas de depredación cocodriliana en restos fósiles. En el primero de ellos, los autores David D. Bermúdez-Rochas, Graciela Delvene y J. Ignacio Ruíz-Omeñaca señalan evidencias de depredación en conchas de bivalvos unionoides del yacimiento de Valdeperillo (Cuenca de Cameros, Cretácico Inferior). Los autores intepretan como tales una serie de perforaciones y depresiones que presentan algunos restos de conchas en su superficie y las atribuyen a mordiscos de crocodilomorfos. Señalan como posible depredador a miembros del género Goniopholis, señalando que, a pesar de no tener una dentición especializada, podrían haberse alimentado de forma ocasional de estos bivalvos en momentos de escasez de sus presas habituales, al igual que hacen algunas especies de cocodrilos actuales.

Perforaciones en algunos ejemplares de Protopleurobema numantina (Bivalvia: Unionoida) del yacimiento del Cretácico Inferior de Valdeperillo (La Rioja, España)

La segunda de las publicaciones está firmada por Clint A. Boyd, Stephanie K. Drumheller y Terry A. Gates, que presentan evidencias de depredación de crocodilomorfos en restos fósiles de dinosaurios. Los autores estudian marcas de mordiscos en una escápula y dos fémures, con la peculiaridad de que en uno de los fémures se conserva un fragmento de la corona dental del posible crocodilomorfo. Los ejemplares fósiles fueron recogidos en sedimentos de la Formación Kaiparowits en el Cretácico Superior de Utah (Estados Unidos) y se han asignado a un dinosaurio herbívoro bípedo que podría ser un "hipsilofodóntido" juvenil.

Marcas de depredación en huesos de "hipsilofodóntido" juvenil

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