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Paludidraco, un manatí reptiliano de hace 230 millones de años


Durante el Triásico Superior, hace unos 230 millones de años, lo que hoy es la provincia española de Guadalajara se encontraba cubierta por las aguas cálidas y poco profundas del antiguo Mar de Tethys. Estas aguas estaban habitadas por multitud de animales entre los que se encuentra un grupo particular de reptiles denominados sauropterigios. A éste pertenecen algunos organismos muy populares, como los plesiosaurios.


Los trabajos de investigación paleontológica realizados en las cercanías del pantano de El Atance, en el término municipal de Sigüenza (Guadalajara), han permitido identificar un nuevo reptil marino que habitó esa zona durante el Triásico. El descubrimiento de este nuevo organismo, descrito a partir de restos bien preservados de varios individuos, acaba de ser publicado en la revista científica Biology Letters. Su nombre, Paludidraco multidentatus, significa “dragón del pantano con muchos dientes”, destacando el altísimo número de piezas dentales presentes en el cráneo y mandíbula de este animal y a que fue hallado en la orilla del pantano de El Atance


Paludidraco pertenecía al grupo de los simosáuridos, hasta ahora representado por depredadores marinos de 3 o 4 metros de longitud que se alimentaban de peces y crustáceos. Sin embargo, y aunque presentaba un tamaño similar, Paludidraco tiene algunas características muy peculiares: una mandíbula muy delgada y frágil, con un gran número de dientes curvos de pequeño tamaño y una estructura del tórax formada por vertebras y costillas extremadamente robustas. Tanto la fragilidad de las mandíbulas de este animal, como su estructura corporal robusta, que le otorgaba una maniobrabilidad limitada, indican que Paludidraco no era un depredador activo como sus parientes más cercanos. Sus dientes pequeños y numerosos formarían una empalizada que funcionaría como un tamiz, permitiéndole filtrar el alimento y expulsar a continuación el agua sobrante. Así, este peculiar reptil se desplazaría por aguas marinas costeras tranquilas y poco profundas, recorriendo lentamente el fondo en busca de pequeños animales en el sustrato o, como en el caso de los actuales manatíes, de materia vegetal. Este modo de vida era hasta ahora desconocido para cualquier reptil, aumentando así la ya enorme diversidad de los reptiles marinos durante el Triásico.



Referencia
  • de Miguel Chaves C, Ortega F, Pérez-García A. 2018 New highly pachyostotic nothosauroid interpreted as a filter-feeding Triassic marine reptile. Biology Letters. 20180130. http://dx.doi.org/10.1098/rsbl.2018.0130

Imágenes (de arriba a abajo):
  • Aspecto de uno de los esqueletos de Paludidraco durante la excavación.
  • Holotipo de Paludidraco, junto a un esquema que permite interpretarlo.
  • Recreación del aspecto en vida de un individuo de Paludidraco (Autores: Eloy Manzanero y Natalia Pérez).
  • Representación gráfica (cladograma) de las relaciones de parentesco de Paludidraco en el contexto de los sauropterigios.

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