11.11.24

Algora y el origen de las últimas faunas de dinosaurios europeas

Vista aérea del yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara), durante su excavación

El Mesozoico es un relativamente largo lapso temporal, que comenzó hace algo más de 250 millones de años, concluyendo con la bien conocida extinción masiva producida hace unos 66 millones de años, que acabó con muchos linajes. Los yacimientos con vertebrados mesozoicos, especialmente aquellos con restos de reptiles, son abundantes en el contexto europeo. En Europa suroccidental es especialmente relevante el registro de los últimos 90 millones de años de ese periodo, desde la última parte del Jurásico, hasta la citada extinción, que marca el final del Cretácico.

Excavación de un hueso apendicular (fémur) de un dinosaurio saurópodo, en el yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara)

Muchos de los grupos faunísticos registrados en el Jurásico Superior europeo siguieron siendo comunes o dominantes en este continente a lo largo de la primera mitad del Cretácico, conocida como Cretácico Inferior. Sin embargo, las faunas del Cretácico Superior, bien representadas en yacimientos del final de este periodo, han sido reconocidas como radicalmente diferentes. Este reemplazamiento entre ambos conjuntos faunísticos ha sido tradicionalmente objeto de debate, especialmente debido a la notable falta de registro durante la primera mitad del Cretácico Superior.

Concentración de restos óseos, en el yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara), entre los que destaca la presencia de varios caparazones de tortugas

En este sentido, extremadamente limitados fósiles depositados durante ese periodo habían sido documentados tanto en la península ibérica como en los países cercanos, generalmente correspondiendo a escasos dientes de cocodrilos y de dinosaurios, o escamas de peces, hallados, de manera casual y aislada, en canteras o recogidos en prospecciones superficiales. Así, hasta hace muy pocos años no se conocía ningún yacimiento con concentración de restos óseos de las faunas que habitaron en tierra, ríos o mares de la región cálida e insular en la que, para entonces, se situaba lo que actualmente es Castilla-La Mancha, con la línea de costa ubicada en plena Guadalajara. Precisamente es en la base del Cretácico Superior, en el periodo geológico denominado Cenomaniense, donde se ubica el yacimiento de Algora, en la citada provincia castellanomanchega.

Extracción, en el yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara), de un resto craneal de un cocodrilo

En este contexto, Algora supone un enclave único para el estudio de las faunas de ese periodo, que habitaron hace unos 95 millones de años. Acaba de ser publicada, en el Portal de Cultura de Castilla-La Mancha, un reportaje divulgativo que supone una puesta al día sobre el conocimiento de este yacimiento, especialmente teniendo en cuenta los hallazgos de las últimas campañas de excavación, incluida la de 2024. El título de este trabajo, elaborado desde el Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, que lidera los trabajos de excavación en este yacimiento, es: “Desvelando, tortugas y cocodrilos mesozoicos en Europa: Descubrimientos en Algora, Guadalajara (Castilla-La Mancha)”.

Dos especímenes publicados del yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara): el ejemplar que dio nombre a la tortuga Algorachelus peregrina (A-B) y pelvis parcial de plesiosaurio (C)

De esta manera, queda patente que la composición faunística de Algora difiere marcadamente de aquella registrada en el Cretácico Inferior europeo, mostrando afinidades con las del Cretácico más superior. Por lo tanto, dicho reemplazamiento faunístico ya había ocurrido, para algunos linajes, antes de la base del Cretácico Superior, estando marcadamente influenciado por los cambios climáticos ocurridos al final del Cretácico Inferior.

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