30.5.12

Rotondas rivales… o rivalidades rotundas


La historia de la humanidad está repleta de grandes rivalidades: rivalidades bíblicas (Caín y Abel), rivalidades geográficas (Atenas y Esparta), rivalidades pictóricas (Miguel Ángel y Leonardo), rivalidades musicales (Mozart y Salieri), rivalidades literarias (Quevedo y Góngora), rivalidades deportivas (Real Madrid y Barcelona) y, la más importante de todas sin ningún género de dudas, rivalidades dinosaurianas (tú grande, yo más).

Hace algunas semanas pude seguir, con velada admiración, la progresión de las obras de dos rotondas en Asturias: una en Colunga y otra en Ribadesella. No hubieran tenido nada de especial ni hubieran llamado mi atención de no ser por el objeto decorativo que se ha instalado en ellas. ¡Un dinosaurio! Para ser más exactos, un alosaurio en Colunga y un saurópodo en Ribadesella. Eso sí, con sus diferencias…de precio: el primero se ha encargado a una empresa especializada en la materia y el segundo lo ha fabricado un operario “manitas” del ayuntamiento con material reciclado: barato y verde, como mandan los cánones en tiempos de crisis.

Dejando al margen todos los comentarios que puedan ocurrírsenos del tipo “culo veo, culo quiero”, creo que los dos ejemplos son dignos de admiración: ambos pueblos (dentro de sus posibilidades e imaginación) han optado por promocionar un territorio utilizando los recursos de que disponen. Y han empleado para ello algo que nos atrae y nos seduce, algo que nos asombra y nos cautiva: los dinosaurios.

Sería maravilloso que cundiera el ejemplo y en lugares como Cuenca, rica en tesoros paleontológicos, a alguna cabeza bien amueblada le diera por sentir envidia de los vecinos turolenses y decidiera que ya es hora de ponerse a la altura de las circunstancias y de los saurópodos. Pero para eso haría falta que aquí, donde nos sobran huesos de dinosaurios y cráneos de cocodrilos, nos sobrara también entendimiento, ambición y confianza en nosotros mismos. Y que, además, existiera la voluntad y el deseo de dar la cara por esta provincia. 

La realidad, conocida, es que por el momento, por la crisis y por la falta de convicción, aquí sólo hay fuga de cerebros. Pero tranquilos, que rotondas tenemos. Y cambian su decoración al son de la música que más le gusta al director de turno. 

Sonia Martínez Bueno 

En la imagen, boceto de Mark Hallett con sauropodos y alosaurios en el Cretácico Inferior de África y que queda propuesto de boceto para una nueva rotonda... donde sea

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