17.5.12

Unos tanto y otros… tan poco

Que soy de Cuenca ya lo dije en una publicación anterior. Pero, por si hubiera dudas, especificar que ese topónimo pertenece a una ciudad española (norte de África) y no a la localidad argentina situada en la provincia de Buenos Aires (América del Sur). Y hago esta aclaración porque, aunque uno es consciente de lo injusto de la vida, hay momentos en que esa desigualdad es más sangrante y cruel si cabe. 
Neuquén, en la vasta región patagónica, no es un nombre cualquiera dentro del mapa paleontológico mundial. Los responsables de turismo argentino se refieren a la zona como la meca de los dinosaurios. Y no les falta razón: cuentan con numerosos restos de especies herbívoras y carnívoras y con diversos museos dedicados a la materia que nos ocupa. Por ejemplo, en el “Carmen Funes” se exhibe Argentinosaurus huinculensis (el herbívoro más grande del mundo) y en el “Ernesto Bachmann” se puede ver Giganotosaurus carolinii, el carnívoro más grande de la tierra. Por si eso fuera poco ¡también tienen yacimientos de huevos! Y, como colofón, disfrutan de la única excavación abierta al público de Sudamérica. ¿Qué más podían pedir? ¿Petróleo quizás? Con todo esto no es de extrañar que el lugar fuera declarado de interés por la ONU (1996) y Monumento Nacional (1997). Y que YPF (sí, la nacionalizada) descubriera hace unos meses un yacimiento petrolífero sin parangón. Ya se sabe, excavando, excavando… Pero, ¿en que acaba esto sin inversión en infraestructuras, sin programas de investigación? ¡Pues justo lo que tenemos en Cuenca! Un proyecto aparcado en algún cajón de alguna consejería y un almacén repleto de huesos desintegrándose. A lo mejor se lo podíamos decir a la presidenta (de Argentina, se entiende) por si desea comprarlos. O nacionalizarlos. 

Dinosaurios de andar por casa
Sonia Martínez Bueno

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