25.6.14

Ovejas, dinosaurios, Fuentes y la puerta de Alcalá


Mírala, mírala, mírala…

Cada vez que la contemplo, fuerte y altiva, a mi mente acude la misma idea: ¡cuántas cosas podría relatarnos si pudiera hablar! Acontecimientos históricos que marcaron una época o líos cotidianos que sólo atañen a sus protagonistas. Guerras, amores, pasiones…

Pero ella ahí está, viendo pasar el tiempo. Y también las ovejas porque cada año, según se estableció en la Concordia del 2 de marzo de 1418 entre los Hombres Buenos de la Mesta de los Pastores y los Procuradores del Consejo de la Villa de Madrid, unas 2000 ovejas desfilan a los pies de uno de los monumentos más emblemáticos de la capital de España: la Puerta de Alcalá.

Hasta aquí, aparte de lo curioso que puede resultar este acontecimiento, todo normal. Pero ¿se imaginan nuestros lectores a 2000 dinosaurios efectuando ese “paseillo” por lugar tan regio?

Pues, aunque parezca mentira, podría haber sido. Según un estudio publicado en la revista Nature, los dinosaurios también eran trashumantes, como nuestros queridos rebaños ovinos y efectuaban largos viajes de unos lugares a otros en busca de alimento.

Así pues, y aunque no hayan tenido la suerte de coincidir en el tiempo, dejamos la Puerta abierta a que algún director de cine avispado contemple la posibilidad de rodar una escena plagada de saurópodos desfilando, con calma y tranquilidad, por la calle de Alcalá mientras vemos, al fondo, majestuoso, erguirse el soberbio monumento.

En mi pueblo, Fuentes, más modesto que Madrid (en cuanto a tamaño de la población) también tenemos ovejas. Y, a diferencia de ellos, las contemplamos durante todo el año. Por si fuera poco, también tenemos dinosaurios. Muchos. Todos juntos, apiñados, como si de un rebaño se tratara. De todo ello podríamos deducir que nuestro territorio era el destino de muchos lagartones trashumantes o, al menos, una auténtica cañada real dinosauriana por la que transitaban cientos de esos animalillos.

La pena es que no tengamos una puerta tan famosa pero, a cambio, tenemos unas estupendas Jornadas de la Lana, abiertas a todo el mundo que quiera conocerlas y disfrutar de ellas. Porque estamos en tierra de pastores y dinosaurios.

Sonia Martínez
Dinosaurios de andar por casa

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