31.10.14

Pesadilla antes del plumaje


Las plumas parecían ser una característica diagnóstica de las aves pero hoy en día se sabe que evolucionaron en formas mucho más basales de dinosaurios. Y por lo que sabemos de las aves, las plumas tendrían dos funciones principales, el aislamiento térmico y las plumas planares y penáceas utilizadas en el vuelo.

En un estudio reciente de Koschowitz y colaboradores, revisan el estado de conocimiento actual de la posible función de las plumas así como su evolución a lo largo de la filogenia de los dinosaurios y las perspectivas de trabajo futuras en este campo.

En otros estudios publicados este mismo año, multiples hallazgos indican que las plumas penáceas no tuvieron una función relacionada con el vuelo, si no posiblemente relativa al “display”.

También se han encontrado protoplumas en dinosaurios basales inclusive fuera del nodo de los saurisquios, lo que lleva a plantear la ventaja de adquirir plumas penáceas sobre las protoplumas que hoy en día sabemos que se extenderían a numerosos dinosaurios.

Estas primeras protoplumas pudieran haber permitido un mejor aislamiento térmico del cuerpo del animal. Se ha comprobado que los dinosaurios más basales, ornitisquios y saurisquios más primitivos, tenían un ratio bajo de volumen corporal/superficie corporal.

Pero este tipo de tegumento tiene una serie de costes, uno metabólico y otro en ausencia de diversidad cromática. El requisito metabólico hoy sabemos que estaría “cubierto”, ya que incluso los dinosaurios más basales contaban con tasas metabólicas aceleradas. Pero en cambio, la función de “display” estaría limitada, ya que este tipo de tejido no cuenta con un rango cromático muy amplio como sería en caso de plumas filamentosas.

Aparición de distintas características comentadas en el artículo. Tetracomancia en los diápsidos. Protoplumas en dinosaurios basales. Plumas filamentosas y estructuración de la señal cromática entre los terópodos basales. Plumas planares en Maniraptora, que posteriormente estarían relacionadas con el desarrollo del vuelo.


Si se tiene en cuenta que la tetracromancia, o la visión diferenciada de color muy superior a la experimentada por humanos y otros mamíferos, es una condición primitiva en muchos grupos de diápsidos. La inferencia filogenética permite reconocer esta visión en los dinosaurios, muy similar a la visión que cuentan las aves. Por lo que el desarrollo de plumas penáceas habría estado favorecido por una mejora en la capacidad de “display”. Puesto que este tipo de plumas tienen una iridiscencia y saturación de colores mayor que las protoplumas y los dinosaurios cuentan una visión tetracromática. Algo parecido ocurre con las plumas planares respecto las penáceas.

Imagen que refleja la variabilidad morfológica de melanosomas a lo largo de la filogenia de Diápsida y mamíferos. Perteneciente a otro estudio más publicado este mismo año (Li et al., 2014).


Esto llevaría a la adquisición, por vía de selección sexual, de plumas planares, que luego sería una exaptación para la capacidad de vuelo. Los autores indican, al final de la reseña, la necesidad de abordar el estudio de la visión de los dinosaurios y algunas de las características cromáticas de este tipo de tegumentos.

Parece que el un "hermoso display" provocó la curiosidad de más de un dinosaurio. ¿Acabarían volando también para tratar de suplantar a Santa Claus como nuestro amigo Skellington? No lo creemos, pero aquí tienen un artículo y una película de Tim Burton con la que Godzillin se despide otro Halloween más.



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Más información:

30.10.14

Danger: Stegosaurus infected


Ante tanto movimiento zombie de los últimos tiempos, uno se imagina que toda infección acaba con diluir el cerebro de todos ser vivo. Esta reflexión tan escasa, podría estar presente en dos Stegosaurus al hojear el informe y ver “infección no traumática” tal y como han sido diagnosticados recientemente en un artículo publicado en la revista científica Lethaia. Sin embargo el diagnóstico es algo más suave: osteomielitis. Y aunque no debieron estar muy bien (pues la cosa estaría muy malita), no arrastrarían sus enormes cuerpos en busca de masas cerebrales y viscerales de cualquier otro «lagarto terrible». Eso sí dolor y alguna cojera temporal si presentarían...

...y aunque no se puede asegurar, al menos de la etiqueta Danger: Stegosaurus infected, se librarían.

El resumen del trabajo es el siguiente:
Palaeopathologies are relatively common in the fossil record; however, bone histological analyses of these are rare as they are more commonly discovered and described using radiological scans. Here, we describe the bone microstructure of infectious abscesses (osteomyelitis) in the long bones of two Stegosaurus individuals from the Como Bluff area of the Late Jurassic Morrison Formation. Multiple lytic, geographical lesions filled with reactive lamellar bone occur in a femur of a juvenile specimen. A single lesion was found in an adult tibia. This lesion is characterized by the presence of spiculated periosteal reactive growth perpendicular to the bone surface and the formation of new trabeculae within the lesion.

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Más información:
  • Referencia: Ragna Redelstorff, Shoji Hayashi, Bruce M. Rothschild & Anusuya Chinsamy (2014): Non-traumatic bone infection in stegosaurs from Como Bluff, Wyoming. Lethaia. DOI: 10.1111/let.12086.
  • Imagen tomada de aquí.

29.10.14

El hiperdesarrollado cráneo de Mapusaurus


La heterocronía, o lo que es lo mismo, los cambios evolutivos que implican una variación temporal de la tasa de cambio que se produce en un carácter de un organismo respecto a su antecesor, es uno de los procesos más importantes que se producen a lo largo de la evolución. Para realizar un estudio sobre el papel que toma la heterocronía en la historia evolutiva de un grupo es necesario estudiar los cambios morfológicos y proporcionales que tienen lugar durante la ontogenia de un organismo y compararlo con los caracteres que presentan las especies más basales o derivadas dentro de su linaje.  

Mapusaurus roseae, descrito por Coria y Currie en 2006, es un carcharodontosáurido derivado (Carcharodontosaurinae) del Cretácico Superior de Argentina,  representado por numerosos restos óseos procedentes de, al menos, siete individuos de distinto tamaño. Los cambios morfológicos observados en distintos elementos craneales dentro de estos individuos son producidos por variaciones ontogenéticas que podrían tener implicaciones evolutivas dentro del linaje de los carcharodontosáuridos.

Según los autores de este estudio, las sinapomorfías del cráneo asociadas a los carcharontosaurinos, como la presencia de una exclusiva abertura en la fosa antorbital (la ventana promaxilar), la pronunciada lámina palatina, la extrema ornamentación en la superficie de los huesos faciales, especialmente el maxilar y dentario, y la marcada cresta lateral en el dentario; se observan en los especímenes adultos mientras que los juveniles asociados a Mapusaurus carecen de estas características. En general, los cambios ontogenéticos observados siguen una tendencia a la reducción de la neumaticidad y el incremento de la ornamentación.

En comparación con otros taxones dentro del grupo, los juveniles de Mapusaurus presentarían características que son observables en los adultos de carcharodontosáuridos más basales, como Acrocanthosaurus, y otros allosauroideos, como Neovenator y Allosaurus.

Estos cambios ontogenéticos dentro de Mapusaurus estarían, por tanto, relacionados con procesos heterocrónicos, concretamente peramórficos (es decir, que características de los adultos de los ancestros son observados en los juveniles de los descendientes), ya que los juveniles de este taxón presentarían caracteres propios de los taxones adultos más basales del grupo. Es por ello, que los autores confirman que los cambios peramórficos han tenido un papel fundamental en la evolución del linaje de los allosauroideos.

Esta peramorfosis sería consistente con el gran tamaño observado en los taxones más derivados del grupo. En otros clados, donde también se produce gigantismo, se ve la relación que existe entre este y el predominio de los cambios peramórficos sobre los pedomórficos, como es el caso de los tyrannosauroideos y los diplodocinos.

En conclusión, diversos caracteres morfológicos en el cráneo de los taxones dentro del clado Allosauroidea  estarían originados a partir de procesos morfológicos, siguiendo una tendencia general evolutiva a cráneos con reducción de la neumaticidad craneofacial y el incremento de la ornamentación en la superficie de los huesos.

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28.10.14

¡Aerodactylus, te elijo a ti!

Los paleofrikis estamos de enhorabuena: resulta que hace unos días salió publicado un nuevo género que se une a la larga lista ya comentada en episodios anteriores de taxones descritos por paleontólogos que hacen referencia al imaginario de ficción. Se trata de Aerodactylus, un pterosaurio cuyo nombre rinde homenaje a uno de los Pokémon originales y que, vaya por dónde, presentaba rasgos de pterosaurio.

Izquierda (a): Espécimen de Aerodactylus scolopaciceps BSP-1937-I18 (escala = 20 mm). Derecha (b): Imagen de Aerodactyl, el “Pokémon fósil” (sic) al que debe el nombre el nuevo género de pterosaurio.

El nuevo género Aerodactylus no responde al hallazgo de un nuevo espécimen de pterosaurio, sino a la revisión tanto del holotipo de Pterodactylus scolopaciceps como del resto de material referido a esta especie. Quien no esté familiarizado con los pterosaurios de las calizas de Solnhofen (localizadas en el suroeste de Alemania y con una edad aproximada de 150 millones de años) básicamente decir que presentan una sustancial problemática taxonómica debido a que la mayoría de especies están representadas por individuos juveniles. En consecuencia, las muestras pueden aparecer muy similares ya que las características juveniles desvirtúan diferencias taxonómicas que se extreman según alcancen la forma adulta. Así pues, en la revisión de P. scolopacipeps (Vidovic y Martill, 2014) se dilucidan un conjunto de caracteres (la mayoría craneales) únicos para esta especie que no sólo la validan, sino que permiten erigir el nuevo género Aerodactylus, distinto de Pterodactylus y más cercano –en términos cladísticos– a otros géneros de pterosaurios como Gladocephaloideus o Aurorazhdarcho.

Comparativa del cráneo de Aerodactylus con cráneos de diferentes especies de Pterodactylus (adaptado de Vidovic y Martill, 2014).

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27.10.14

Ilústranos... Ely Kish

El pasado 12 de octubre fallecía en el Centro de Salud Elisabeth Bruyère (en Ottawa) Eleanor Kish, a los 90 años de edad. Por ello, como homenaje a esta artista, el "Ilústranos..." de este mes se lo dedicamos a ella. Va por ti, Ely. 


El 17 de marzo de 1924 nacía en Newark, New Jersey, Eleanor Kiss, hija de Teresa Bittman y de Eugene Kiss (actor, pintor y decorador). Haciendo demostración de sus capacidades artísticas desde joven, Eleanor estudió en la Escuela Vocacional de arte productivo del Condado de Essex, y en el Instituto de Bellas Artes de California. Pasó 15 años viajando por Estados Unidos y México, aprendiendo, aceptando diferentes trabajos relacionados con la pintura y la construcción y pintando paisajes y retratos. Empezó a usar el nombre de Ely en vez de Eleanor, pensando que le daría menos dificultades en su trabajo en un mundo dominado por hombres, y en los 50 se mudó a Canadá y se nacionalizó ciudadana canadiense. En 1973 cambió su apellido Kiss por Kish.


Fue durante los años 70 y 80 fue cuando Ely Kish empezó a hacerse un nombre propio con sus trabajos en el mundo del paleoarte. Todo empezó en 1977, cuando el doctor Dale Russell, de la Universidad de Carolina del Norte (e impulsor del "dinosauroide"), le encargó ilustrar el libro "A Vanished World". Kish pudo dejar el trabajo que desempeñaba en ese momento, y como ella mismo afirmó, se sentía encantada de poder dedicarse por completo a la pintura como forma de ganarse la vida. A partir de ese momento, empezó a ser reconocida como una de las mejores profesionales en el mundo de la paleoilustración, y empezó a acumular trabajos y colaboraciones con instituciones, museos y científicos (incluyendo más trabajos con el doctor Russell).


Adía de hoy, muchas de las pinturas de Kish han quedado obsoletas y, de hecho, sus trabajos son un claro ejemplo de las reconstrucciones extremadamente delgadas de dinosaurios. En muchas de sus pinturas, la masa muscular y grasa son bastante reducidas, dando la sensación de que la piel del dinosaurio se pega directamente sobre los huesos; esto se nota especialmente en sus reconstrucciones de terópodos y de ornitópodos (algunos de ellos son casi irreconocibles). Sin embargo, el trabajo de investigación que llevaba a cabo Kish era impresionante: consultaba a científicos y leía artículos relacionados, construía pequeños modelos del esqueleto sobre los que insertaba los músculos del animal, y luego los utilizaba como referencia para sus bocetos, óleos y murales. Además, su técnica era impecable, y los paisajes en los que coloca a los distintos organismos son fascinantes y realistas.


Ely Kish tuvo una importante carrera como ilustradora (de paleoarte pero también naturaleza y otras temáticas variadas). A lo largo de su vida, hizo numerosas ilustraciones para revistas, libros, publicaciones y diferentes museos. Buscando un poquito por internet podréis ver muchas de sus obras, y tampoco escasea la información sobre su vida; si queréis saber un poco más della, lo tenéis todo a golpe de ratón. Por nuestra parte, este ha sido el pequeño homenaje de El Cuaderno de Godzillin a esta gran artista. Descansa en paz, Ely.


24.10.14

Royo y Gómez y los estegosáuridos morellanos en las XXX Jornadas de la SEP


Qué mejor sitio para conocer más sobre los primeros pasos de la dinosauriología española que en las Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología. Allí se ha defendido el trabajo “José Royo y Gómez y los supuestos estegosáuridos del Cretácico Inferior de Morella”, que podemos simplificar como:

El paleontólogo castellonense José Royo y Gómez fue uno de los pioneros en el estudio de los dinosaurios del registro español. Aunque identificó material de dinosaurios proveniente de varias localidades, sus hallazgos más relevantes fueron los efectuados en dos regiones de la Comunidad Valenciana: Benagéber (Valencia), en niveles cercanos al tránsito entre el Jurásico Superior y el Cretácico Inferior de la Formación Villar del Arzobispo, y Morella (Castellón), en la Formación Arcillas de Morella, actualmente datada como Barremiense. Es en esta última localidad donde Royo y Gómez reconoció la mayor diversidad. De hecho, en su último listado faunístico, concluyó que la fauna representada en Morella estaba integrada por un saurópodo (que reconoció como Cetiosaurus sp. nov.), un ornitópodo (“de la talla de Iguanodon mantelli”), un terópodo (“de la talla de Megalosaurus bucklandi”) y “un estegosáurido de gran tamaño”.

La información sobre la fauna de reptiles del Cretácico Inferior de Morella se ha incrementado notablemente tanto durante la segunda mitad del siglo XX como en el siglo XXI. En este sentido, nuevo material de, entre otros, saurópodos, ornitópodos y terópodos ha sido hallado en la Formación Arcillas de Morella, permitiendo un mejor conocimiento sobre la mayoría de los grupos de dinosaurios preliminarmente analizados por José Royo y Gómez. Sin embargo, no existen nuevas evidencias que permitan apoyar la presencia de estegosáuridos.

Como se ha demostrado recientemente, un alto porcentaje del material de dinosaurios de Morella analizado por Royo y Gómez se preserva en la actualidad. Además, se conserva numerosa documentación fotográfica y manuscrita de este autor en el Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (AMNCN, Madrid). El análisis de esa información permite identificar algunos de los huesos de Morella atribuidos por Royo y Gómez a estegosáuridos. De esta manera, y teniendo en cuenta el conocimiento actual, la presencia de este grupo de reptiles en el Cretácico Inferior de Morella ha sido reevaluada en esta presentación.

Tortugas terrestres pequeñas del Pleistoceno en las XXX Jornadas de la SEP


Y siguiendo con los testudínidos de relativo pequeño tamaño, nos topamos con otro trabajo defendido en las XXX Jornadas de Paleontología de la SEP: “Las tortugas del yacimiento del Pleistoceno inferior de Cueva Victoria (Murcia, España)”.

Cueva Victoria es un yacimiento cárstico situado en el Cerro de San Ginés de la Jara, al sur del Mar Menor (Cartagena, Murcia). El yacimiento fue descubierto por la acción minera a mediados del siglo XX. Después de unos trabajos de prospección iniciales, ha sido objeto de excavaciones sistemáticas desde 1984. Ha proporcionado una rica asociación de más de 80 especies de vertebrados fósiles, incluyendo restos de homínidos, que se han datado como del Pleistoceno inferior. La cueva funcionó como un cubil de hienas, que aportaron la mayor parte de los restos de macrovertebrados.

El material de tortugas hallado en Cueva Victoria consiste en elementos desarticulados, tanto del caparazón como del esqueleto apendicular. Los elementos identificados del caparazón corresponden a una treintena de piezas. Entre ellos se determinan placas del espaldar y del plastrón. El material apendicular está representado por un menor número de elementos. Éstos corresponden tanto a los miembros anteriores como posteriores.

La repetición de algunos elementos, así como su atribución a individuos de diferentes tallas, probablemente de diferentes estadios ontogenéticos, permite reconocer la presencia de varios individuos.

La disponibilidad de caracteres en los elementos de tortugas hasta ahora hallados en Cueva Victoria es compatible con la de un único taxón. Esta forma puede ser atribuida a un testudínido terrestre.

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23.10.14

Tortugas terrestres pequeñas del Mioceno en las XXX Jornadas de la SEP


No todo es grande en el mundo de los testudínidos o tortugas terrestres. De hecho, las formas de relativo pequeño tamaño son muy comunes en el registro ibérico a partir del Mioceno. Y uno de los taxones mejor representados, aunque hasta ahora relativamente mal conocido, es Paleotestudo. La charla titulada “Nuevos datos sobre el registro del quelonio terrestre Paleotestudo en el Aragoniense (Mioceno medio) ibérico”, defendida en las XXX Jornadas de Paleontología de la Sociedad Española de Paleontología, mejora su conocimiento.

En la Península Ibérica se identifican numerosos yacimientos miocenos, en los que se reconocen asociaciones faunísticas en todas sus biozonas. Debido a la abundancia de restos de mamíferos, muchos trabajos han analizado su diversidad y distribución. El registro de quelonios es también muy abundante, pero generalmente mal conocido. Además de quelonios terrestres de gran talla, de más de un metro de longitud, allí es frecuente el hallazgo de restos de tortugas generalmente definidas como de talla normal, de no más de treinta centímetros. Hasta ahora la información sobre estas últimas formas era muy limitada. Un reciente estudio  ha establecido los primeros pasos para realizar estos análisis, aportando nuevos datos sobre la diversidad representada y planteando nuevos interrogantes.

El objetivo general que persigue este nuevo trabajo es analizar la diversidad y sistemática de los testudínidos terrestres de talla normal que integran el registro del Aragoniense ibérico, especialmente de aquellos presentes en los niveles previos al Aragoniense más superior, en los que no se conoce ningún taxón a nivel específico.

Aunque la información sobre la sistemática de los testudínidos de talla normal del Mioceno ibérico es muy limitada, esta falta de conocimiento es especialmente relevante en los niveles anteriores a las biozonas MN7/8, que son aquellos que coinciden con la distribución conocida del género Paleotestudo en otros países. Nuevos hallazgos han aportado algunos ejemplares que pueden ser relevantes para abordar este análisis. En este sentido, destacan caparazones prácticamente completos y articulados, procedentes de varias localidades de la Cuenca de Madrid. Su estudio, así como el de otros ejemplares ibéricos, teniendo en cuenta la variabilidad registrada tanto en yacimientos españoles donde el material de este grupo es relativamente abundante como, especialmente, en el registro francés, permiten aportar nuevos datos sobre la sistemática de estas formas.

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Tortugas terrestres semigigantes del Oligoceno en las XXX Jornadas de la SEP


Si en el post anterior hablábamos sobre un trabajo sobre testudínidos del Eoceno europeo defendidos en las XXX Jornadas de Paleontología de la Sociedad Española de Paleontología, aquí lo haremos sobre otra ponencia allí defendida, que versa sobre una forma del Oligoceno. Se trata de la especie francesa “Testudogigas. Esa ponencia fue titulada: “Reevaluando la sistemática y filogenia del testudínido del Oligoceno europeo “Testudogigas”.

Testudogigas es un quelonio terrestre de relativo gran tamaño, definido a partir de un caparazón bastante completo. Su atribución al género Testudo no puede ser sustentada. A pesar de que “Testudogigas fue definido en la primera mitad del siglo XIX, la información publicada sobre este taxón es muy escasa. De hecho, este taxón carecía hasta ahora tanto de diagnosis como de descripción detallada.

El holotipo y hasta ahora único espécimen conocido de “Testudogigas ha sido detalladamente analizado. Su sistemática y filogenia son analizadas, proponiéndose una diagnosis para este taxón. Este estudio aporta nuevos datos sobre la diversidad y evolución de los testudínidos europeos, un clado muy común en el registro del Neógeno pero no tanto del Paleógeno de este continente.

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22.10.14

Tortugas terrestres sorianas en las XXX Jornadas de la SEP


Aunque varios grupos de tortugas han estado presentes en las ponencias defendidas en las XXX Jornadas de Paleontología de la Sociedad Española de Paleontología, son las tortugas terrestres del clado Testudinidae los auténticos protagonistas. Este grupo de tortugas, muy abundante y diverso en la actualidad, está presente en Europa desde el Eoceno. A continuación recogemos algunas ideas de las planteadas en la ponencia “Los testudínidos terrestres del Eoceno medio de Mazaterón (Soria): Implicaciones sistemáticas y paleobiogeográficas”

El registro fósil de Testudinidae terrestres en Europa es relativamente abundante desde el Mioceno. En el Paleógeno europeo se han citado varios miembros de este grupo de quelonios, generalmente mal caracterizados. Esta falta de conocimiento suele estar motivada por el escaso registro de los taxones del Eoceno y Oligoceno, muchos de ellos definidos a partir de un único ejemplar, consistente en el caparazón parcial o relativamente completo.

Varios testudínidos del Eoceno europeos fueron atribuidos a géneros definidos en otros continentes. Una las asignaciones problemáticas es la de los restos hallados en varias localidades europeas al género Hadrianus, un taxón definido en Norteamérica y cuya presencia en Europa ya había sido previamente puesta en duda. En el yacimiento español del Eoceno medio de Mazaterón (Soria, Cuenca de Almazán), se ha citado la presencia relativamente abundante de testudínidos de talla mediana. Estas tortugas se atribuyeron preliminarmente a una especie no definida de Hadrianus que difería de las ya conocidas en el registro europeo. Hasta el momento ninguno de los ejemplares había sido detalladamente descrito y analizado.

El estudio del abundante y bien preservado material de Mazaterón aporta datos sobre la variabilidad individual, ontogenética y sexual del taxón allí registrado. Debido al escaso registro, hasta ahora no se disponía de información sobre la variabilidad intraespecífica de ningún representante del Paleógeno europeo. El análisis del taxón de Mazaterón se integra en la revisión de otras formas del Paleógeno de este continente. De esta manera, dicho taxón se compara con varios taxones, hasta ahora mal definidos o que eran conocidos por escaso material, provenientes de varios países. El estudio del taxón de Mazaterón, unido al de otras formas de testudínidos del Paleógeno y Neógeno europeo, permite establecer nuevas hipótesis sobre sus relaciones de parentesco y sobre su paleobiogeografía. Esto implica la revisión de las hipótesis que proponían la existencia de géneros de testudínidos terrestres compartidos entre el registro del Paleógeno norteamericano y europeo.

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El género de tortuga Thalassemys en las XXX Jornadas de la SEP


Como ha sido previamente indicado en este blog, las tortugas fósiles han estado bien representadas en las XXX Jornadas de Paleontología de la Sociedad Española de Paleontología. Y no mediante una ponencia, o dos… sino mediante varias a las que aludiremos brevemente durante estos días, siguiendo el orden de distribución estratigráfica de los taxones implicados. De ésta manera, ahora es el turno de la ponencia sobre un taxón del Jurásico Superior, titulada: “Implicaciones del hallazgo de un ejemplar de gran tamaño de la tortuga Thalassemys en el Jurásico Superior de Reino Unido”

Durante el Jurásico Superior fueron muy abundantes, en las regiones costeras europeas, varios grupos de quelonios endémicos de este continente. Se trata de formas basales de Eucryptodira. Aunque el grupo mejor representado es Plesiochelyidae, otros taxones que no forman parte de ese clado permiten constatar la existencia una importante radiación que dio origen a gran cantidad de formas litorales, todas ellas aparentemente extintas antes del Cretácico.

Thalassemys fue definido en el Kimmeridgiense de Solothurn (Suiza). El material proveniente de esa localidad, asignado a la especie Thalassemys hugii, ha sido revisado. La presencia de Thalassemys en el registro británico ha sido recientemente confirmada mediante el estudio de un ejemplar, consistente en un espaldar relativamente completo, así como algunos otros elementos correspondientes a las cinturas y a huesos apendiculares. Algunos caracteres que difieren de los identificados en la especie tipo, Thalassemys hugii, fueron reconocidos en dicho ejemplar. Sin embargo, teniendo en cuenta su posible atribución a un ejemplar juvenil, unida a la ausencia de más ejemplares provenientes de Reino Unido, que permitieran evaluar si algunos de esos caracteres tienen validez específica o están sometidos a variabilidad, dicho ejemplar fue atribuido a Thalassemys sp.

Un nuevo ejemplar británico, atribuible a Thalassemys, es reconocido. Su estudio aporta nuevos datos sobre la sistemática de este género en el registro de dicho país. El ejemplar aquí presentado aporta relevante información sobre elementos ahora no conocidos en el único ejemplar de Thalassemys identificado en el registro británico, como es el caso de la correspondiente al plastrón. Además, este ejemplar corresponde claramente a un adulto, por lo que permite conocer los caracteres que definen a la especie allí representada, y compararlos con los de la especie tipo y hasta ahora única especie válida de este género, de manera que su atribución específica puede ser precisada.

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21.10.14

La diversidad de titanosaurios de la Península Ibérica en las XXX Jornadas de la SEP


Una de las comunicaciones orales presentadas en las XXX Jornadas de la SEP trataba de actualizar la situación referente a las faunas de titanosaurios existentes en el Cretácico Superior español, y recalcar su importancia a un nivel más global. Tras un estudio preliminar de los restos fósiles asignados a titanosaurios de los yacimientos de Chera (Valencia) y Lo Hueco (Cuenca) se confirma lo que ya se venía prediciendo desde finales del siglo XX: Lirainosaurus no se encontraba solo en la Península Ibérica.

Como recordatorio, mencionar que los primeros restos fósiles descritos como Lirainosaurus se encontraron en el yacimiento de Laño (Condado de Treviño) a finales del siglo XX. Ya en 2009 se asignó más material a este taxón, pero en este caso encontrado en el yacimiento de Chera. Y hasta hace pocos años Lirainosaurus era la única especie de titanosaurio válida reconocida en la Península Ibérica.

Sin embargo, se ha visto que realmente en Chera aparecen dos morfotipos diferentes en algunos huesos apendiculares (e.g. húmeros, ulnas, fémures y tibias) y axiales (vértebras caudales). Por lo tanto, en este yacimiento valenciano debieron convivir dos taxones diferentes de titanosaurios, siendo uno Lirainosaurus. En Lo Hueco ocurre algo similar, también aparecen dos taxones diferentes: uno de ellos es un Titanosauria gen. nov. sp. nov. cuya descripción se encuentra en proceso, y otro taxón que habrá que confirmar si es nuevo o no.

Por lo tanto, en el Campaniense superior-Maastrichtiense inferior de la Península Ibérica nos encontramos con unos 3 o 4 taxones diferentes de titanosaurios. Si aunamos la diversidad española con la francesa en el Cretácico Superior – es decir, si hablamos de la diversidad de titanosaurios en el Dominio Ibero-Armoricano – debieron de coexistir un mínimo de 6 o 7 de titanosaurios en una isla de unos 35.000 km2, convirtiendo a dicho Dominio en un punto clave en el estudio de las faunas finicretácicas y de los procesos paleobiogeográficos del final del Mesozoico.

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La utilización del papel japonés para la estabilización del holotipo de Concavenator en las XXX Jornadas de la SEP


Otro de los pósters presentados en la sesión de la tarde del viernes de las XXX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología que se celebraron en Teruel fue el trabajo "Utilización del papel japonés para la estabilización del holotipo del dinosaurio terópodo Concavenator corcovatus (Cretácico Inferior de Las Hoyas, Cuenca)".

Con motivo del traslado del holotipo del dinosaurio terópodo Carcharodontosauria Concavenator corcovatus, del Cretácico Inferior del yacimiento de Las Hoyas (La Cierva, Cuenca), desde su depósito habitual en el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha (Cuenca) a una exposición temporal en Mayo de 2014, se revisó su estado de conservación y se detectó que, en algunos puntos, se había reactivado el proceso de laminación de la matriz de caliza litográfica que envuelve parte del ejemplar, poniendo en peligro la integridad del mismo. Como medida preventiva, se realizó una intervención para atajar los problemas de conservación del fósil y de la roca que lo rodea parcialmente.


El proceso de intervención llevado a cabo para estabilizar el holotipo de Concavenator fue  el siguiente:
  1. Tras una limpieza mecánica de las placas se realiza una consolidación de las superficies a pegar con un copolímero acrílico (Paraloid B72) al 3% en acetona.
  2. Una vez consolidadas las placas se adhieren con la misma resina en el caso de que la superficie de contacto sea la suficiente para que la placa mantenga su estructura. Cuando la superficie de contacto es insuficiente, se pegan las placas con una resina epoxídica (Devcon de rápida polimerización) que le da mas cuerpo y fuerza a la adhesión.
  3. Se rellenan las grietas que se han activado con Paraloid cargado con carbonato cálcico micronizado y un pigmento.
  4. Para asegurar la consistencia estructural y dificultar la laminación, se adhiere a la parte inferior de la roca un papel japonés de distinto gramaje con Paraloid B72 al 5% en acetona .
  5. Con la misma resina cargada y coloreada se rellenan algunas partes del fósil que estaban muy débiles para su traslado.

Las conclusiones del presente trabajo son, por tanto:
  • Algunos fósiles del yacimiento de Las Hoyas pueden sufrir alteraciones debido a la laminación de la caliza litográfica, por lo que se debe considerar el desarrollo de protocolos de seguimiento de conservación preventiva tanto para los restos óseos como para la roca que los contiene.
  • El tratamiento combinado de pegado, reintegración e incorporación de un armazón de papel es suficiente para mantener la estructura de la roca, estabilizando el soporte del holotipo de Concavenator.
  • El papel utilizado, dependiendo del gramaje y del número de capas, es relativamente transparente, lo que permite ver la roca intervenida. Además, por sus características de capa superficial reversible, el papel japonés se puede utilizar como capa de intervención entre los originales y las reintegraciones irreversibles.

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20.10.14

De vuelta de las XXX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología


Durante la semana pasada, desde el miércoles 15 hasta el sábado 18 de Octubre, tuvieron lugar en Teruel las XXX Jornadas de Paleontología, organizadas por la (valga la redundancia) Sociedad Española de Paleontología. En esta trigésima edición, celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Teruel (al lado de la principal sede de Dinópolis, organizador de las Jornadas), se congregaron numerosos asistentes de todas las edades y provenientes de todas partes del país (y también del extranjero).

Se presentaron numerosas ponencias, tanto en formato de charla como en póster, y de las más variadas temáticas: geología, botánica, invertebrados, foraminíferos, dinosaurios, tortugas, cocodrilos, reptiles varios, mamíferos y un largo etcétera. Asimismo, se organizaron también coloquios y dos excursiones: una pre-congreso el día 15, a los yacimientos de mamíferos del Mioceno de Concud; otra post-congreso, el 18, a los yacimientos de icnitas del Jurásico Superior de Teruel. Y a todo esto hay que sumarle la posibilidad de acceder gratis a las instalaciones de Dinópolis durante el fin de semana, y las obligadas degustaciones gastronómicas.

Dentro del entorno de este blog, se presentaron diversos trabajos en dichas Jornadas, así que a continuación dejamos un listado para que podáis ojear de qué se estuvo hablando (de forma parcial y sesgada) por Teruel.


Además José Luis Sanz intervino junto al periodista Francisco Javier Millán‐Agudo en uno de los debates del congreso sobre iconografía de los dinosaurios, acompañados por el pintor Pascual Berniz.

Las muñecas de los terópodos

Las diferencias entre los huesos de la muñeca de aves actuales y terópodos no aviarios suponían uno de los argumentos más utilizados para negar el origen dinosauriano de las aves ya que los terópodos más basales llegan a tener hasta 9 osificación distintas frente a las 4 que ocupan la muñeca de las aves. Un nuevo trabajo multidisciplinar, que combina la biología del desarrollo con la información obtenida a partir del registro fósil, arroja luz a una nueva hipótesis del desarrollo de los carpos en las aves actuales y propone una nueva nomenclatura para la osificación de los huesos de la muñeca.

El estudio de los embriones de pollo y otras especies se han realizado en detalle a través de una nueva técnica que permite un montaje del esqueleto cartilaginoso embrionario a partir de la inmunofluorescencia.

Imágenes de muestra de la técnica de inmunofluorescencia durante el desarrollo embrionario donde se muestra el cartílago formado por el radial-intermedio en las aves.

Los resultados muestran como, a través del desarrollo embrionario, surgen osificaciones conjuntas de distintos carpos de la muñeca. Los huesos que componen la parte proximoanterior, compuestos por el radial y el intermedio en dinosaurios no aviarios, se fusionan en aves para forma el escapoulnar. Algo similar sucede con los carpianos distales I y II que aparecen fusionados formando el semilunar de las aves. Además, los nuevos resultados muestran la desaparición del ulnar en las aves actuales que podría haber dejado de aparecer en terópodos como Allosaurus, cuya nomenclatura hubiese sido errónea en la diagnosis de muchos de los fósiles hallados, tratándose en realidad o bien del intermedio o bien del carpo distal II. Finalmente, la presencia del pisiforme en las aves actuales y fósiles como Sapeornis a diferencia de los terópodos no aviarios, excepto los más primitivos y algunos Ornithomimosaurios, supondría que dicho hueso fue readquirido en la evolución de este linaje probablemente ligado a la capacidad de vuelo de las aves.

Evolución de la muñeca del linaje de los terópodos

Los resultados obtenidos muestran que los cambios que se producen en la osificación de la muñeca no se deben a que las aves no pertenezcan al linaje de los dinosaurios, como se pretendía en base a esta controversia, sino que una de las adaptaciones clave para el vuelo fue la remodelación de los huesos carpianos.

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Más información:
  • Botelho JF, Ossa-Fuentes L, Soto-Acuña  S, Smith-Paredes D, Nuñez-León D, et al. (2014) New Developmental Evidence Clarifies the Evolution of Wrist Bones in the Dinosaur–Bird Transition. PLoS Biol 12(9): e1001957. doi:10.1371/journal.pbio.1001957

17.10.14

Ejemplares juveniles de titanosaurio (Sauropoda) del yacimiento de Lo Hueco (Fuentes, Cuenca) en las XXX Jornadas de la SEP



Seguimos en el XXX encuentro de la Sociedad Española de Paleontología en Teruel. Ahora toca el turno de un póster sauropodero de Lo Hueco. En este estudio preliminar en el que Páramo y colaboradores identifican dos posibles ejemplares juveniles preparados recientemente.

Aunque no se ha realizado una muestra histológica, las características texturales y desarrollo de inserciones musculares indican que ambos individuos aún no han alcanzado el final de su desarrollo ontogenético. Eso sin contar el tamaño ¡solo hay que echar un vistazo a la foto del fémur!. Pero ojo, nunca hay confiar en que el tamaño por sí solo pueda ser indicativo de si un individuo es juvenil o no.

Ya que en este estudio también se hace una primera aproximación a los morfotipos apendiculares presentes en la colección. Y es que en el segundo morfotipo que comparte robustez, excentricidad de la diáfisis, desarrollo de diversos trocánteres, etc. se puede observar hasta para el ojo inexperto la diferencia de tamaño entre dos ejemplares adultos identificados. Cuando se trata de identificar juveniles ¿el tamaño es lo que importa? Desde luego no, menos aún cuando al lado se tiene al Fernando Romay de los titanosaurios de Lo Hueco.



Seguiremos transmitiendo las comunicaciones de miembros y colaboradores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y la unidad de paleontología de la UAM.

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Los primeros osteodermos de titanosaurio de España reinterpretados en las XXX Jornadas de la SEP


Durante la sesión de posters de hoy en las XXX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología en Teruel se ha presentado la revisión de los primeros osteodermos de titanosaurio que fueron encontrados en los años 80 en nuestro país en el trabajo titulado: "Osteodermos de titanosaurio del Cretácico Superior de Armuña (Segovia): una reinterpretación a la luz de nuevos hallazgos". En este trabajo se reinterpretan los dos osteodermos del yacimiento de Armuña publicados por Sanz y Buscalioni en 1987 y se describen ejemplares no publicados hallados en las campañas de excavación de los años 80.

Estos ejemplares fueron interpretados originalmente en base a los únicos restos conocidos entonces, provenientes de Argentina y asociados a Saltasaurus loricatus. No obstante mucho ha llovido desde entonces, han aparecido muchos nuevos yacimientos en Europa y se conocen muchos más ejemplares de osteodermos de titanosaurio en todo el mundo. Estos hallazgos muestran que los osteodermos de los titanosaurios presentaban morfologías más dispares y elaboradas de lo que se conocía a mediados de los 80 y que su distribución filogenética y geográfica es relativamente compleja.

Los osteodermos de Armuña presentan caracteres que los hacen más similares a los osteodermos del yacimiento de Lo Hueco y otros del Cretácico Superior Europeo que a los que presentan titanosaurios argentinos como Saltasaurus o Neuquensaurus. Los osteodermos de titanosaurio encontrados en Europa pertenecen todos al morfotipo "bulb and root", y se caracterizan por tener un contorno amigdaloide con dos regiones bien diferenciadas separadas por un cíngulo. Todos los ejemplares de Armuña pertenecen a este morfotipo, y son por tanto una evidencia más de que los "bulb & root" son el único morfotipo de osteodermo presente en Europa y que por tanto estos titanosaurio solamente presentarían estos osteodermos en su armadura.

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Nuevos restos de crocodiliformes del yacimiento de Algora en las XXX Jornadas de la SEP


Otra de las presentaciones de la sesión de tarde de hoy en las XXX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología, es el póster titulado "Nuevos restos de crocodiliformes del yacimiento cenomaniense de Algora (Guadalajara, España)" en el que investigadores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y del Centro de Geologia de la Faculdade de Ciências da Universidade de Lisboa describen material asignado a este grupo de reptiles hallado durante las labores de excavación efectuadas en 2013 en el yacimiento de Algora (Guadalajara, España).

El yacimiento paleontológico de Algora (Guadalajara, España) se sitúa estratigráficamente en niveles del Cenomaniense medio-superior (Cretácico Superior), período con muy poca información referente a Crocodyliformes, ya que únicamente se conoce material fragmentario procedente de las localidades portuguesas de Nazaré y de otras localidades de la región del centro-oeste de Portugal y en las localidades españolas de Oviedo y Algora.

En este trabajo se analiza nuevo material craneal (un fragmento que incluye parte de la región anterorbital del frontal y parte de los prefrontales) y postcraneal (una vértebra procélica completa perteneciente a un eusuquio) que aporta nueva información sobre la composición faunística del yacimiento de Algora y de forma más general, sobre el grupo Crocodyliformes en la Península Ibérica durante el Cenomaniense.

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Iguanodontios del Jurásico Superior de Portugal en las XXX Jornadas de la SEP


En el día de hoy y en la sesión vespertina de las XXX Jornadas de la Sociedad española de Paleontología que se están celebrando en Teruel, los dinosaurios ornitópodos peninsulares tienen su hueco. En formato póster se presenta una puesta al día de la fauna de ornitópodos iguanodontios procedentes de varias localidades situadas en la región centro-oeste de Portugal.

Los dinosaurios ornitópodos iguanodontios presentan un amplio rango temporal, que abarca desde el final del Jurásico Medio hasta el final del Cretácico Superior e incluyen desde formas bípedas de pequeño porte como los driosáuridos, hasta formas de gran tamaño y cuadrúpedas como los hadrosáuridos. En el registro del Jurásico Superior portugués, la fauna de ornitópodos iguanodontios está constituida por la especie Draconyx loureiroi y una serie de restos pertenecientes a formas que se consideran estrechamente emparentadas con Dryosaurus y con Uteodon aphanoecetes.

En el presente trabajo se propone una reevaluación del material referido a ornitópodos iguanodontios previamente identificados en el registro portugués junto a una descripción del nuevo material hallado en los últimos años.

El análisis de los distintos ejemplares confirma que los representantes del clado Iguanodontia procedentes de distintas localidades del Kimmeridgiense superior-Titoniense superior portugués, se distribuyen en dos grupos monofiléticos diferentes. Por una parte, existe una serie de fósiles que comparten con los miembros de Dryosauridae varias de las sinapomorfías. Dentro de este grupo, se puede identificar una nueva especie de Iguanodontia driosáurido, Eousdryosaurus nanohallucis. Por otra parte, se identifican una serie de fósiles que presentan varios rasgos compartidos con miembros del clado Ankylopollexia. Además se confirman las asignaciones previas sobre la presencia en este rango Kimmeridgiense superior-Titoniense inferior de las especies Draconyx loureiroi y Uteodon aphanoecetes.

Por tanto, este conjunto de ornitópodos iguanodontios en el Jurásico Superior de Portugal muestra una composición semejante a la presente en determinados niveles sincrónicos de Norteamérica, con la presencia de una forma de iguanodontio driosáurido, Eousdryosaurus nanohallucis, y dos formas de iguanodontios anquilopolexios, Draconyx loureiroi y Uteodon aphanoecetes.

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Nuevos elementos postcraneales de terópodos coelurosaurios del Jurásico Superior de Portugal en las XXX Jornadas de la SEP


Se presenta en las XXX Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología, el estudio de un conjunto de vértebras de dinosaurios terópodos encontradas en el yacimiento de Andrés (Pombal) del Jurásico Superior de Portugal.

Andrés es uno de los pocos ejemplos de una asociación de múltiples taxones de vertebrados conocido en el Jurásico Superior de la Cuenca Lusitánica . Esta asociación representa una diversidad faunística de vertebrados que incluye peces, esfenodontos, crocodilomorfos, pterosaurios y dinosaurios. Los dinosaurios están representados por abundantes restos relacionados al género Allosaurus, pero también por escasos elementos asignables a otros grupos de terópodos, a saurópodos y a ornitópodos.

En este trabajo, se han estudiado algunas vertebras caudales de la colección de fósiles proveniente de Andrés, las cuales presentan un conjunto de características morfológicas compatible con los terópodos coelurosaurios. Estas vértebras de pequeñas dimensiones (longitud entre 37 y 41mm) presentan los centros fuertemente alargados, facetas articulares ligeramente cóncavas y prezigapófisis largas, como es común en los tetanuros. La morfología general de estas vértebras es similar a la de algunas vértebras caudales asignadas a Allosaurus recogidas en este mismo yacimiento. Sin embargo, presentan también algunas diferencias con este taxón, como por ejemplo la superficie ventral de los centros más o menos rectos y la presencia de una cresta longitudinal en la base del arco neural.

La morfología de estas vértebras es compatible con la de algunas formas de pequeño tamaño de terópodos coelurosaurios. Estos ejemplares son preliminarmente asignados al clado Maniraptora con base en la presencia de una cresta longitudinal en la superficie lateral de los centros caudales. Esta interpretación soporta la hipótesis de la presencia de pequeños terópodos derivados en el yacimiento de Andrés que había sido previamente sugerida con base en escasos dientes aislados.

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