20.6.24

Las tortugas pleurodiras gondwanicas pudieron llegar a Laurasia en el Cretácico Inferior


El botremídido Algorachelus es el único género de tortugas pelomedusoides conocido en niveles pre-santonienses (hace más de 86 millones de años) en Europa. Este linaje de tortugas, de origen gondwánico, es reconocido como el principal (teniendo en cuenta tanto su diversidad como su abundancia) en los ambientes de agua dulce de la última parte del Cretácico Superior en Europa. La presencia más antigua de Algorachelus identificada hasta el momento en este continente correspondía a los hallazgos documentados en el Cenomaniense medio de Nazaré y Sintra, en la región centro-oeste de Portugal. Este género se había definido a partir de ejemplares encontrados en la localidad española de Algora (Guadalajara), en niveles que podrían ser contemporáneos a los que proporcionaron los caparazores portugueses o ligeramente más jóvenes (es decir, del Cenomaniense medio a la parte inferior del superior). Posteriormente se reconoció la presencia del género Algorachelus en Oriente Próximo, en Israel, en niveles cuya datación también podría ser similar a las de los yacimientos ibéricos (Cenomaniense medio) o ligeramente más antigua (Cenomaniense inferior). La llegada de Algorachelus a Estados Unidos se reconoce en niveles más jóvenes, del Cenomaniense tardío. Así, hasta el momento no se ha confirmado ninguna evidencia sobre la presencia de este género en niveles anteriores al Cenomaniense medio, aquella relativa al material procedente de Oriente Próximo siendo la única que no podría descartarse como del Cenomaniense inferior, pero no las de los restos europeos o americanos.

El descubrimiento de un caparazón de tortuga en la región española de Estercuel (provincia de Teruel), donde hasta ahora no se había identificado ningún resto de este linaje de vertebrados, ha sido documentado en un trabajo de acaba de ser publicado en la revista Cretaceous Research. Se trata de un caparazón atribuible a Algorachelus. Este nuevo hallazgo se ha realizado en niveles depositados probablemente al final del Cretácico Inferior (Albiense superior) o en la base del Cretácico Superior (muy a comienzos del Cenomaniense). De esta manera, se documenta que la exitosa dispersión de este linaje a Laurasia ocurrió antes de lo que se pensaba.


Las condiciones climáticas han condicionado la distribución biogeográfica actual de las tortugas pelomedusoides, del mismo modo que también estuvieron estrechamente ligadas a las distribuciones biogeográficas y estratigráficas de este linaje en el pasado. La identificación del linaje de Algorachelus durante la transición entre el Cretácico Inferior y el Cretácico Superior en la península ibérica (correspondiente a la evidencia más antigua de Pelomedusoides no sólo en Europa, sino para el conjunto del registro de Laurasia) es consistente con el cambio climático que tuvo lugar entre el Albiense y el Cenomaniense inferior. Este relevante cambio global favoreció la expansión del área de distribución de este linaje con requerimientos climáticos mucho más específicos que en el caso de las tortugas criptodiras. Así, la ausencia de registro fósil de vertebrados desde finales del Albiense hasta principios del Cenomaniense en el suroeste de Europa no había permitido, hasta ahora, evaluar si el reemplazo faunístico entre varios linajes identificados en el Cretácico Inferior y los más comunes en el Cretácico Superior ya había ocurrido en ese momento. La nueva evidencia presentada en el artículo científico que acaba de ser publicado demuestra que, al menos considerando el registro de tortugas, el linaje más común del Cretácico Superior en este continente (es decir, el de Bothremydidae) se había dispersado desde Gondwana a Laurasia al menos a principios del Cenomaniense y, muy probablemente, a finales del Cretácico Inferior. Así, se reconoce que Pelomedusoides estaba bien establecido en Europa al menos en el Cenomaniense más basal, por lo que se interpreta una llegada más antigua al continente (es decir, en el Cretácico Inferior). El descubrimiento de este ejemplar en depósitos marinos someros es compatible con la adaptación de este linaje de Pelomedusoides a ambientes marinos costeros, lo que facilitó una dispersión relativamente rápida y exitosa.

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