29.10.12

El rastro


Desde la puerta miró tristemente aquel rastro. Ya casi no quedaban animales y era raro encontrar huellas alrededor del contaminado abrevadero. Sin embargo, ese rastro siempre había estado allí y sus huellas de tres dedos se resistían a desaparecer como si estuviesen impresas en la roca. Que extraño. Le recordaba al de los pájaros que existían cuando era niño, pero ninguno era tan grande. Además, el rastro parecía ser anterior a la desaparición de los pájaros. Probablemente, incluso anterior a que naciesen los ancianos que, cuando cuentan historias en las noches frente al fuego, las llaman icnitas y presumen de haber visto por aquí a esos animales.

SEÑORA PACA



Nuestro querido y, por que no decirlo, algo impertinente hermano pequeño Koprolitos, ha organizado su Segundo Certamen Literario y Señora Paca ha tenido a bien enviar un relato corto para que sirva de ejemplo a todos aquellos indecisos que todavía andan pensando su participación. Como podéis comprobar, cumple escrupulosamente las reglas que se mencionan en las bases: tiene 107 palabras, aparece la palabra icnita y es inédito (Señora Paca me lo ha jurado por Dior). ¡Animarse!

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La imagen es del yacimiento de icnitas de Los Cayos (Cornago, La Rioja).

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