29.5.10

Vilanova y los reptiles marinos


Se ha presentado en la 48 Sesión Científica de la Sociedad Geológica de España un trabajo titulado “Preservación excepcional de un disco intervertebral atribuido a un reptil marino, descubierto en la Sierra de Albarracín (Cordillera Ibérica, España) en el siglo XIX”.
La Sierra de Albarracín se localiza en el sector suroccidental de la Cordillera Ibérica. Aunque el Mesozoico de esta región destaca por la abundancia y diversidad de grupos de invertebrados fósiles representados, se han hallado algunos elementos asignados a vertebrados fósiles. En cada uno de los tres sistemas del Mesozoico ha sido notificado el hallazgo de escasos huesos de reptiles marinos, pertenecientes a grupos diferentes, habiéndose identificado en el Triásico placodontos y notosaurios, en el Jurásico crocodiliformes y en el Cretácico Plesiosaurios.
Adán Pérez-García y Francisco Gascó analizan un elemento que se asigna a un reptil marino, procedente del Jurásico de la Sierra de Albarracín. La singularidad de dicho ejemplar radica tanto en su valor histórico, como en su preservación excepcional.
Dicho ejemplar pertenece a la colección de paleontología de vertebrados del Museo Nacional de Ciencias Naturales (Madrid). Junto a él se conservan tres fichas manuscritas antiguas, cuyo estilo es similar al de otras referentes a varios especímenes de la colección, reconocidas como anteriores a la Guerra Civil. En ellas no se indica la fecha de recolección pero sí que procede del Jurásico de Albarracín. Los trabajos efectuados por Juan Vilanova y Piera en esta sierra durante la segunda mitad del siglo XIX fueron muy notorios, realizando la primera cartografía geológica y describiendo numerosos yacimientos jurásicos en los que recogió fósiles, que ingresaron en dicho museo. De hecho, el ejemplar analizado tiene adherida una pequeña etiqueta manuscrita en la que se indica “Albarracín (Teruel)” muy similar en cuanto al formato y a la caligrafía a que figura en otros ejemplares de la colección de Vilanova. Estos datos permiten interpretar que dicho fósil probablemente formara parte de la colección de Vilanova.
Se trata de un elemento óseo, de morfología discoidal, con sus superficies anterior y posterior prácticamente planas. Se describe y discute este ejemplar, identificándose como un disco intervertebral osificado de un reptil marino de gran tamaño.
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Imagen:
La morfología sugerente del ejemplar analizado ha provocado que, a pesar de las advertencias, Triki (más conocido como "El Monstruo de las Galletas") cayera en la tentación

Tortugas del Cretácico Inferior de La Rioja

El 28 de mayo se ha celebrado en Sevilla la 48 Sesión Científica de la Sociedad Geológica de España. Uno de los trabajos allí defendidos supone un nuevo impulso para el conocimiento de las tortugas del Cretácico Inferior de la Península Ibérica. Aunque hasta ahora se han hallado fósiles de tortugas del Cretácico Inferior en varias localidades españolas, el conocimiento sobre la variabilidad representada es muy limitado debido a que apenas han sido estudiadas por tratarse en general de material aislado y fragmentario.

Con el título “Tortugas del Cretácico Inferior (Hauteriviense-Barremiense) de La Rioja (Cuenca de Cameros, España)”, Adán Pérez-García y colaboradores recopilan y enmiendan las escasas referencias previas de quelonios del Cretácico Inferior de La Rioja y estudian nuevos ejemplares, provenientes de Torremuña y de Igea.

Uno de los taxones, al que se atribuye un espaldar fragmentario, se asigna a Salasemys pulcherrima, taxón definido mediante un ejemplar muy completo, procedente del Cretácico Inferior de la subcuenca noroccidental Cuenca de Cameros. El nuevo ejemplar amplia su distribución geográfica y aporta nueva información, de la que carece el holotipo debido a su preservación.

Los otros ejemplares son asignados a representantes basales de Eucryptodira. Aunque éstos son relativamente abundantes en el Jurásico de Europa, y concretamente en la Península Ibérica, apenas se han identificado en el Cretácico Inferior europeo, teniendo este grupo abundantes representantes para esa edad en otros lugares como Asia o Norteamérica. No obstante, recientemente se han reconocido ejemplares asignados a este grupo, actualmente en estudio, en el Cretácico Inferior de la Cuenca del Maestrazgo. Estos ejemplares difieren de los de Igea en varios caracteres, requiriéndose un estudio detallado de los representantes de este nodo, que permita determinar si estos ejemplares pertenecen a uno o más taxones y analizar, de manera más precisa, su posición filogenética.

Por lo tanto, el estudio de los ejemplares de quelonios hallados en el Hauteriviense-Barremiense de La Rioja, en las localidades de Torremuña e Igea, permite ampliar el listado faunístico de quelonios de la Cuenca de Cameros. Además, se refuta la atribución previamente realizada con material de esta región a Pleurosternidae.

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Imagen: Tortugas mesozoicas paseando a sus anchas por La Rioja. Si el conocimiento sobre su anatomía y sistemática es tan limitado, ¿por qué extrañarse con estos patrones ornamentales?

23.5.10

Dinosaurios y el Caballo de Santiago


Según la leyenda, el 23 de Mayo del año 844 (hace hoy 1166 años), el apóstol Santiago pasaba a toda velocidad por el sur de la Rioja camino de la localidad de Clavijo, donde el Rey Ramiro I se encontraba sitiado y no conseguía sacar adelante un follón en el que se había metido a causa de su ardor guerrero (y también para no pagar impuestos). Por estas fechas las tropas de Abderraman II, con el que llevaba peleando una temporada, le estaban ganando la partida y se había visto obligado a replegarse con los suyos en el castillo de Clavijo, cerca de Logroño. La situación era tan crítica como en el Abismo de Helm antes de la llegada de Gandalf con los refuerzos. La noche anterior, Santiago había prometido a Ramiro (durante un sueño) que le echaría una mano en la batalla…, pero pasaba el tiempo y allí no se presentaba nadie. Ramiro ignoraba que Santiago estaba corriendo en su ayuda, y que, montado en su caballo blanco, había tomado tierra en Cameros, al sur de La Rioja. Al borde de la hora, las cosas estaban tan mal para Ramiro que el caballo de Santiago tuvo que ir al límite, dejando los cerros de Cameros llenos de huellas. Nadie sabe muy bien por qué Santiago se entretuvo dejando huellas por media Rioja, y algunas provincias limítrofes, aunque probablemente era porque ya sabía que lo de Clavijo lo iba a arreglar en dos patadas. Pero además, su caballo dejaba unas huellas muy raras. Algunas pueden responder a lo que se espera de un caballo legendario cayendo del cielo, pero otras eran mucho más extrañas, e incluso, en ocasiones, las pezuñas del caballo parecían abrírse dejando una huella de tres dedos, como si de un ave gigantesca se tratara.
Está leyenda, una de las más famosas de España, ha servido como referente épico del inicio de la llamada "Reconquista" de la Península (sin entrar demasiado en ese jardín, Ramiro y sus herederos parece que no se conformaron con Clavijo) y forma parte de la génesis del Camino de Santiago. Pero además, ha dado lugar a explicaciones legendarias de algunas marcas “extrañas” en las rocas y, entre ellas, parece que también a la interpretación mitificada de algunas de las huellas de dinosaurios de la Cuenca de Cameros en La Rioja.
Años después, sabemos dónde está Santiago, pero tras tanto ajetreo probablemente su caballo debió buscar un retiro tranquilo. Blanco por fuera, sus huesos ennegrecidos por el tiempo deben estar aún en algún lugar recóndito.
Sea como fuere, hoy, 23 de Mayo, estamos en Santiago de Litém, una localidad portuguesa cuyo nombre, dedicado al mismo apóstol, deriva de su pasado como tierra de nadie (“extremadura”) en las escaramuzas de frontera entre cristianos y musulmanes. De hecho, en el escudo de Santiago de Litém aparece el caballo blanco de Santiago (el mismo que dejó La Rioja perdida de huellas) rampante (bípedo!)
Curiosamente, estos días hemos estado excavando los restos del pie de un animal capaz de dejar huellas con tres dedos…. como si se tratase de un ave gigantesca.
No se… seguro que si sumo 1166 y 844 obtengo una cifra que quiere decir algo… que alguien llame a Iker Jiménez… yo me estoy haciendo un lío.
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En las fotos:
  • Santiago a lomos de su caballo acudiendo a Clavijo.
  • Huellas de dinosaurio en el yacimiento de Los Cayos, en La Rioja. Parece que algunas huellas como estas pudieron ser, en algun momento atribuidas al Caballo de Santiago.
  • Escudo de Santiago de Litém, con su caballo blanco de Santiago rampante.
  • Una falange del pie de un Allosaurus en el yacimiento de Andrés.
Aclaraciones: A pesar de lo que dice la leyenda, la batalla de Clavijo no fue en esta fecha, ni en Clavijo, ni (sorpresa) Santiago se apareció a nadie. Y, por supuesto, ni el caballo de Santiago (ni probablemente el Arca de Noé) están enterrados en Santiago de Litém.

19.5.10

Carta de Alice, la alosauria de Andres

Tras algunas rogativas (laicas, por supuesto) al todopoderoso localizador de fondos de canales en los que quedaron enterrado restos de animales mesozoicos (hay muy pocos peluches azules con esta capacidad) parece que la excavación de Andrés comienza a encaminarse.
Vamos viendo:
1.-Alice, saludando a pie de yacimiento desde 1988

2.- Encomendandose al peluche azul (aka Godzillin) antes de comenzar la excavación... no se si Fátima va a estar demasiado cerca 3.- El peluche azul (aka Godzillin) no podia fallar... ¿pero esto no es un saurópodo?... bueno, no nos pongamos tan exquisitos, ya irá afinando con el grupo.


PD: Se que el post es lamentable, pero entre el calor y los asuntos típicos de excavación, la situación no da para más… Hacemos propósito de enmienda (laico, por supuesto)

11.5.10

Los dinosaurios carnívoros americanos veranean en Portugal

(¿pero aún no lo sabías?)
En 1988 la cimentación de un almacén de aperos en la pequeña localidad de Andrés se vio interrumpida por el hallazgo de una seria de piedras negras que contrastaban con los tonos claros, amarillos, verdes y grises de la roca. “Son huesos”, debió pensar el dueño del terreno, José Amorin, porque notificó su hallazgo al Serviço Regional de Arqueologia da Zona Centro de Portugal. Con urgencia, un equipo del Museu Nacional de História Natural da Universidade de Lisboa (MNHN) realizó una primera excavación que permitió reconocer los restos fósiles de un gran dinosaurio carnívoro que vivió en el Jurásico Superior (hace unos 148-155 millones de años) en esta zona de Santiago de Litem (Pombal, Portugal).
Estos restos permanecieron en los fondos del Museo Nacional de Historia Natural de Lisboa durante mas de 10 años, hasta que, en 1999, un primer estudio genera la primera sorpresa: el animal encontrado en Andrés se identifica como Allosaurus fragilis, una de las especies de dinosaurios carnívoros más conocidas. Este cazador bípedo y robusto fue bautizado por Othniel Charles Marsh en 1877, y con seguridad, aún en el improbable caso de que no le suene el nombre, todos estamos familiarizados con este dinosaurio de cráneo grande en el que son evidentes dos prominencias, a modo de pequeños cuernos, situados por encima de los ojos. Tras el descubrimiento de los primeros ejemplares de Allosaurus en la segunda mitad del siglo XIX, se han recogido miles de restos en los célebres yacimientos norteamericanos de la Formación Morrison (Colorado, Montana, Wyoming, Dakota del Sur, Oklahoma, Nuevo México y Utah), pero jamás se había encontrado ningún ejemplar fuera del continente americano.
La noticia, publicada por investigadores portugueses, españoles y norteamericanos en la revista británica Journal of the Geological Society, dio la vuelta al mundo paleontológico. El ejemplar de Andrés adquirió relevancia en medios de comunicación, no en vano se trataba de la primera especie de dinosaurio que se reconocía en dos continentes distintos y, como ocurre con los ejemplares singulares, fue informalmente bautizado con el nombre de “Alice” (dando réplica a “Big Al”, un enorme y célebre alosaurio de más de ocho metros excavado en 1991 en Wyoming).
El hallazgo de Alice tenía, además, trascendencia científica, ya que su presencia en Portugal obligaba a reconsiderar algunos conceptos, probablemente bien asentados, tanto sobre la apertura del Atlántico norte como sobre la biología de los grandes dinosaurios carnívoros.
En la primera parte del Jurásico los territorios actuales de Europa y América del Norte están prácticamente en contacto y contienen faunas semejantes. A lo largo del Jurásico, y supuestamente antes de que se depositaran los restos de Alice, las costas de Europa y América del Norte han comenzado a separarse debido a un brazo de mar que avanza desde el sur hacia el norte. Las poblaciones de organismos a ambos lados del brazo de mar dejan de tener contacto y comienzan historias independientes que darán lugar a faunas americanas y europeas bien diferenciadas. Sin embargo, la presencia de Allosaurus fragilis en Andrés, de alguna forma contradice este supuesto y sólo puede explicarse si se cumple algunos de estos requisitos: o las costas de América del Norte y la Península Ibérica entrán en contacto en algún momento hace 148-155 millones de años (cuando se suponía que el Atlántico ya estaba abierto), o el brazo de mar existente entre ambas era, de alguna forma, salvable para un gran dinosaurio carnívoro, o Alice no es tan parecido a sus primos americanos como se pretende.
Para contrastar la hipótesis de que el Atlántico era (o no) transitable para algunos dinosaurios hace 148-155 millones de años y para conseguir más información sobre Alice fue necesario reabrir la excavación de Andrés a la búsqueda tanto de elementos a favor de la pertenencia de Alice a la especie Allosaurus fragilis como en contra.
El yacimiento de Andrés es pequeño y se sitúa detrás de la hilera de casas que lo separan de la única de la carretera que atraviesa la localidad. Si la reconstrucción de la estructura del yacimiento que facilitaba la información obtenida en la excavación de 1988 era buena, parte de Alice debía estar aún ahí.
Tras cuatro semanas de trabajo el objetivo se cumplió con creces en 2005. Alice seguía allí y se consiguió recoger y documentar mucho material perteneciente a este Allosaurus, entre el que se encontraba un conjunto de huesos craneales.
Pero Andrés aún guardaba otras sorpresas. El yacimiento resulto ser mucho más complejo de lo que se había previsto inicialmente. Para comenzar, Alice no estaba sola. Otros restos indicaban que, al menos, otro alosaurio de tamaño semejante está representado en el yacimiento. Por otra parte, el lecho del canal en el quedó depositada Alice facilitó abundante información sobre la composición de fauna y flora que habitaron el mismo ecosistema. Se recogieron muchos restos de plantas, icnofósiles de invertebrados, moluscos dulceacuícolas (gasterópodos y bivalvos), peces holósteos (probablemente cercanos al género Lepidotes), abundantes restos de pequeños anfibios, restos de cocodrilos de características modernas, dientes que se atribuyen a pterosaurios y una amplia diversidad de dinosaurios que incluye casi una decena de formas distintas de dinosaurios terópodos, saurópodos y ornitópodos.
Junto a estos, de nuevo la sorpresa, se han hallado abundantes restos de esfenodontos (entre ellos un cráneo completo y varias mandíbulas) que constituye el único registro de estos animales en la Península Ibérica. Los esfenodontos son un grupo de pequeños reptiles que está representado en la actualidad únicamente por Sphenodon (el tuatara de Nueva Zelanda), pero que también acompañaban a los alosaurios en la Formación Morrison. Aún no sabemos de qué especie se trata, pero estamos en ello.
La diversidad representada en Andrés es más alta de la que es habitual en los yacimientos con grandes vertebrados en el Jurásico Superior de Portugal. De hecho, tras el yacimiento clásico de Guimarota, en Leiria, ningún otro ha facilitado una diversidad de organismos comparable, y, hasta el momento, ninguno nos ha proporcionado restos craneales de reptiles mesozoicos comparables a los de Andrés.
Desde 2005 se ha trabajado mucho sobre el material de Andrés y parte del trabajo ha sido ya publicado o está a punto de serlo, pero las características del yacimiento hacen que el proyecto de excavación en Andrés aún no se considere cerrado.... Así que, desde el día 15 de Mayo… nosotros también veraneamos en Andrés!!
Resumiendo (en corto para los que se hayan perdido): Este mayo, reabrimos la excavación de Andrés.
Iremos informando.
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Más cosas:
Imágenes:
  1. Representación de Alice (pisando uvas) en el emblema del Dino Clube-Desporto Cultura de Santiago de Litém. La relación de los dinosaurios y el vino (Sur de Francia, La Rioja, Santiago de Litem...), empieza a merecer un estudio particular.
  2. Pareja de Allosaurus recreada por Raul Martín
  3. y resto: escenas de la excavación en 2005.
Agradecimentos:
El trabajo realizado en Andrés no hubiera podido realizarse sin la colaboración de la CM de Pombal y la Junta de Freguesía de Santiago de Litém (con especial referencia a Guilherme Gameiro)

4.5.10

Fósiles de Castilla-La Mancha (el curso)

Un año más se convoca el Curso de Verano de Palentología en Cuenca que este año se titula: FÓSILES DE CASTILLA-LA MANCHA (XXI Edición de los cursos de verano de la UNED)
En esta ocasión, el objetivo del curso es realizar un recorrido por los últimos 500 millones de años de la historia de vida en el Planeta a través de las singularidades del registro fósil de Castilla-La Mancha.
El programa del curso muestra como comenzado con los ecosistemas marinos ordovícicos (hace más de 400 millones de años) representados en las rocas del Parque Nacional de Cabañeros, Castilla-La Mancha proporciona una serie de hitos que, dispuestos en una secuencia cronológica, permiten una aproximación a los bosque carbóniferos (hace unos 300 millones de años), las costas de los mares triásicos (hace algo más de 200 millones de años), los dinosaurios que habitaron la región hace 120 millones de años, las faunas de invertebrados de hace unos 80 millones de años, los ecosistemas que albergaron a los últimos dinosaurios no avianos hace 70 millones de años, o las faunas de mamíferos que en los últimos millones de años han conformado la diversidad actual.
El curso pretende mostrar el estado de conocimiento de cada uno de estos hitos a partir de algunos de los yacimientos más relevantes en Castilla-La Mancha. Se pretende así que el público participante no sólo revise su conocimiento del devenir de la historia de la vida en el planeta, sino que valore las singularidades patrimoniales de Castilla-La Mancha en las que se basa parte de nuestro conocimientos de esta historia.
El curso tiene una estructura teórico-práctica. Una parte del curso está compuesta por lecciones impartidas por especialistas con experiencia directa en cada uno de los hitos citados. Estas lecciones se complementan con la visita a dos localidades cercanas a la sede del curso, en las que se expondrá como se expresa la evidencia paleontológica en situación de campo y se mostraran las técnicas de análisis de esta evidencia. Se propone también la realización de dos sesiones de prácticas en las que los participantes podrán realizar junto a los ponentes algunas técnicas básicas de análisis y reconocimiento de fósiles.
Los ponentes y temas del curso son:
  • Juan Carlos Gutiérrez Marco (Instituto de Geología Económica CSIC-UCM) Un pasado marino de hace 500 millones de años en Castilla La Mancha
  • Rodrigo Soler Gijón (Museum für Naturkunde. Leibniz Institute for Research on Evolution and Biodiversity at the Humboldt University Berlin) Peces y anfibios primitivos del Carbonífero de Puertollano (Ciudad Real).
  • José Luis Sanz (Universidad Autónoma de Madrid): Reptiles marinos del Triásico de Castilla La Mancha.
  • Antonio Goy (Universidad Complutense de Madrid): Fósiles de invertebrados del Cretácico castellano-manchego
  • Ángela Buscalioni (Universidad Autónoma de Madrid). Ecosistemas castellano-manchegos de hace 120 millones de años: El lago de Las Hoyas.
  • Fernando Escaso (UNED). Dinosaurios del Cretácico Inferior de Castilla la Mancha.
  • Francisco Ortega (UNED): Los últimos ecosistemas con dinosaurios en Castilla La Mancha
  • Jorge Morales (Museo Nacional de Ciencias Naturales Madrid-CSIC): Mamíferos fósiles de Castilla-La Mancha.
En paralelo, se realizarán actividades complementarias en las que participan el conjunto de los ponentes como son, la visita a un yacimientos paleontológicos y dos sesiones de identificación de restos fósiles. De hecho, se invita a los participanta a traer sus fósiles (si los tuvieran) a las sesiones de determinación.
El curso está dirigido a un público general, que mayoritariamente estará compuesto por docentes de enseñanza media y estudiantes de Ciencias de la Tierra y de la Vida.
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Información oficial aquí
Fechas y sede:
El curso se realizará en el Centro Asociado de la UNED en Cuenca los días 12, 13 y 14 de Julio de 2010.
Matrícula: La información sobre la matrícula del curso estará disponible en la web de Centro Asociado de la UNED en Cuenca
Créditos: Por supuesto, el curso está dotado con 2 créditos convalidables para asignaturas aún vigentes de Licenciaturas y Diplomaturas de la UNED; 1 crédito europeo (ECTS), convalidable para asignaturas de los nuevos Grados de la UNED y/o 2 créditos reconocidos por el Ministerio de Educación convalidables por los Profesores de Enseñanza Primaria y Secundaria para sus procesos de promoción y concursos.
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En las imágenes:
  • Pelecanimimus, un dinosaurio, hasta el momento exclusivo del Cretácico Inferior de Las Hoyas (Cuenca)
  • JC Gutierrez Marco mostrando las madrigueras excavadas por un gusano marino gigante hace 475 millones de años en el Parque Nacional de Cabañeros (Toledo)
  • Excavando dinosaurios titanosaurios en el Cretácico Superior de Lo Hueco (Fuentes, Cuenca).
  • Si, en Castilla-La Mancha tambien hay huellas de dinosaurios (Cretácico Inferior de Las Hoyas, Cuenca)

2.5.10

Iguánidos en el EJIP

Rebuscando entre el programa del VIII EJIP celebrando en Enciso (La Rioja) podía encontrarse la comunicación "Análisis preliminar de los restos de Iguanidae indet. del Cretácico Superior de Lo Hueco (Fuentes, Cuenca)" en el que los autores Iván Narváez y Francisco Ortega, describen y comentan un fragmento de maxilar casi completo identificado como HUE-3003, considerando que pertenece a un iguánido indet.

Este es el ejemplar HUE-3003, un fragmento de maxilar casi completo con 16 posiciones dentales y 12 dientes completos, en su mayoría tetracuspidados.

La presentación fue llevada a cabo por Iván Narváez en un alarde de sobriedad y distinción (bueno, llámalo sobriedad y distinción, llámalo tener más nervios que un filete de peseta), durante la primera sesión de comunicaciones del jueves 22 de abril. En la exposición del trabajo se mostraba el registro fósil de los escamosos desde el Triásico hasta el Cretácico Superior, incidiendo en el registro conocido de iguánidos. De esta forma, y tras interpretar los caracteres observables de HUE-3003, se procedió a una comparación directa con ejemplares fósiles y actuales.

Narváez volvió a contar con la inestimable colaboración del artista re-renacentista Marco Profaggo, que optó en esta ocasión por la representación de un escamoso tomando un vinito frente al yacimiento de Virgen del Campo en Enciso (La Rioja), situado cerca del lugar donde se realizó el VIII EJIP.

El yacimiento de Lo Hueco ha proporcionado hasta ahora, además de HUE-3003, varios restos craneales, fundamentalmente maxilares y mandibulares, que ya fueron analizados en el proyecto de fin de master de Iván Narváez, del que se habló aquí. Actualmente, se está procediendo a la revisión de este material para su futura publicación.
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Referencia: Narváez, I. & Ortega, F. (en prensa) "Análisis preliminar de los restos de Iguanidae indet. del Cretácico Superior de Lo Hueco (Fuentes, Cuenca)" Cidaris.

“Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres

El siglo XIX supuso un impulso muy importante para la paleontología, y concretamente para el estudio de los reptiles fósiles. Gracias a los esfuerzos, descubrimientos e investigaciones de personalidades hoy en día bien conocidas, como Mary Anning, Gideon A. Mantell, William Buckland o Richard Owen, la imaginación pudo viajar a mundos dominados por enormes y terroríficos reptiles, habitantes de tierra, mar y aire. Sin embargo, en algunos de estos seres se creyó ver el origen de mitos ancestrales, no estando consensuada la idea de su extinción, llegándose a plantear su coexistencia con los primeros seres humanos o la pervivencia de algunos de ellos en la actualidad, generalmente en regiones remotas pero, en ocasiones, habiéndose realizado supuestos avistamientos en áreas habitadas por el hombre.

En España, el impulso científico apenas tuvo repercusión durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. No obstante, la población de nuestro país conocía a estos animales y estaba familiarizada con la historia de sus descubrimientos gracias a las noticias transmitidas por la prensa, auténtico vínculo entre la ciencia y la sociedad.

En el trabajo titulado “Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres, expuesto en el VIII EJIP, se ha aludido a una serie de artículos periodísticos, publicados en la prensa española entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras tres décadas del siglo XX, en los que se muestra hasta qué punto muchas veces realidad y ficción se juntan para hacer llegar a la población la imagen de unos reptiles de gran tamaño que pudieran haber sobrevivido desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Por lo tanto, se pretende ver cómo estas ideas eran tratadas en la sociedad española de dicho periodo, mediante noticias que se sucedían en el tiempo y aportaban nuevos datos para la resolución de estos enigmas.

Entre otros seres, cabe destacar por su relevancia la figura del dragón y otros saurios aberrantes, como aquellos de tres cabezas, el Mokele-Mbembe, la visión reptiliana del unicornio, la experimentación con reptiles e, incluso, las pinturas rupestres en las que se retratan dinosaurios.

De esta manera, mediante la prensa, se informó sobre hallazgos destacados, exposición de ejemplares, reconstrucciones de los mismos y también sobre la dimensión social de estos seres, incorporados en la literatura fantástica, en espectáculos teatrales o en el cine. Sin embargo, además de la transmisión de información veraz y objetiva, ciertas noticias referentes a los grandes reptiles tratan sobre temas polémicos o inverosímiles, muchas veces enviadas desde el extranjero.

Paralelamente al desarrollo de la ciencia, el halo de misterio que se plasmaba en la figura de estos seres, permitió que tales antediluvianos incorporaran una dimensión irreal, aprovechada por la prensa para transmitir diversas ideas. Por una parte, este medio de comunicación plantea la posibilidad de que los fósiles de reptiles mesozoicos pudieran haber originado algunos mitos, como los del dragón o del unicornio. Por otro lado, se pretende justificar que el conocimiento adquirido, gracias los descubrimientos científicos, permitió considerar vivas a criaturas del pasado a partir de escasas pruebas, como avistamientos fugaces de animales o marcas de la actividad de los mismos, tal es el caso del Mokele-Mbembe. Sin embargo, también se transmite la idea de la pervivencia de criaturas generalmente consideradas por los científicos como extintas o irreales.

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- Imagen superior: Imagen de un dinosaurio paseándose por una ciudad, publicada en la prensa de la década de 1920.

- Imagen inferior: Dibujo de Diplodocus y pintura rupestre en la que se interpretó que estaba representado dicho animal. Estas imágenes se publicaron en varios diarios de la década de 1920.

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Referencia: Pérez-García, A. En prensa. “Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres. Cidaris.

Monstruosos reptiles acuáticos vivos para la prensa española anterior a la Guerra Civil

Aunque se tiene constancia de descubrimientos de huesos fósiles de reptiles marinos mesozoicos anteriores al siglo XIX, es a partir de los hallazgos realizados por Mary Anning en los acantilados de Lyme Regis, en la primera mitad de ese siglo, cuando se describen animales como el plesiosaurio o el ictiosaurio, que pasan a formar parte del ámbito científico.

A lo largo de la historia, se han generado numerosos cuentos, leyendas o creencias que consideraban que las especies a las que pertenecían los huesos hallados en terrenos mesozoicos pudieran estar vivas en la actualidad. La observación de elementos fósiles aparentemente pertenecientes a animales aberrantes, ya sea por su tamaño o por su morfología, generó, previa a una explicación científica adecuada, la reconstrucción imaginaria de seres a los que asignar tales elementos. Éstos eran incorporados a leyendas o asimilados como reales.

Por otra parte, gracias a los estudios científicos realizados, se pudo interpretar cómo eran esos animales que habitaron nuestro planeta en el pasado. Esta información se transmitió a la sociedad, de manera más o menos precisa. Sin embargo, una vez conocidos estos seres del pasado, considerar que pudieran estar vivos en la actualidad no fue difícil. La simple observación de elementos no directamente atribuibles a lo que en realidad son, como la visión sesgada de animales en movimiento o la de materiales, de distinta naturaleza, flotando sobre el agua, pudieron llevar erróneamente a asignarlos a esos monstruos del pasado, cuya entidad era ya conocida.

Durante el siglo XIX y las primeras tres décadas del siglo XX, la prensa escrita era el principal vínculo de transmisión de información a la sociedad española. Gracias a ella, la población llegó a conocer animales del pasado descubiertos por los científicos. Sin embargo, este medio de comunicación era también capaz de generar mitos, al comunicar el avistamiento de supuestos seres aberrantes, o de destruirlos, dando una explicación científica a la creencia en determinados seres.

Mediante del análisis de las noticias de prensa publicadas en ese periodo, en el trabajo titulado “Monstruosos reptiles acuáticos vivos para la prensa española anterior a la Guerra Civil”, defendido en el VIII EJIP (Enciso), se ha pretendido ver si la criptozoología referente a este grupo de reptiles estaba arraigada en la sociedad, si estos temas eran motivo de críticas o burlas, o incluso si la prensa se valía de ellos para atraer a potenciales lectores.

Así pues, es común que, además de noticias de relativo rigor científico, en ese periodo se publicaran otras referentes a la posible pervivencia actual de grandes reptiles acuáticos. Entre estos animales son muy frecuentes las referentes a avistamientos y expediciones para la captura de serpientes de mar gigantes, ictiosaurios, plesiosaurios, el monstruo de Lago Ness, e incluso monstruos dulceacuícolas españoles.

La inmensidad y desconocimiento de las masas acuáticas, ya sean océanos, mares, ríos o lagos, ayudaron a hacer más creíbles estas historias. Comúnmente muchas de ellas se narraron con un tono algo burlesco. En otras ocasiones se trató de hacer un seguimiento a hechos curiosos hasta hallar una solución científicamente aceptada. No obstante, no son escasas las que no dudan de la coexistencia real del ser humano con tales “monstruos”. El contexto histórico es fundamental para comprender dichas publicaciones.

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Referencia: Pérez-García, A. En prensa. Monstruosos reptiles acuáticos vivos para la prensa anterior a la Guerra Civil. Cidaris.

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Imagen superior: El ictiosaurio tal como fue publicado en la prensa española del siglo XIX.

Imagen inferior: Visión de la serpiente de mar en la prensa española del siglo XIX.