26.1.24

Los équidos andaluces desde el Paleolítico a la Edad del Bronce


Dejamos el Mesozoico de lado un momento para acercarnos a temáticas mucho más recientes. El género Equus está representado en el Cuaternario tardío de la Península Ibérica por cuatro especies: dos silvestres y en la actualidad extintas, E. ferus (caballo silvestre) y E. hydruntinus (el asno silvestre europeo), y dos domésticas vivas, E. caballus (caballo) y E. asinus (burro). La distribución espacial y el momento en el que se produce tanto la extinción de las especies silvestres como la llegada de las especies domésticas es clave para entender las dinámicas ecológicas y culturales en un momento en el que la Península Ibérica, y especialmente el sur de ésta, representaba uno de los tres refugios glaciales europeos durante el Pleistoceno.

En este contexto, un equipo multidisciplinar compuesto por paleobiólogos ha publicado recientemente en la revista Journal of Quaternary Science un estudio en el que se analiza el registro de los équidos en los yacimientos arqueológicos de Andalucía desde finales del Paleoceno/Paleolítico superior (desde hace 45.000 a 13.700 años) al primer tercio del Holoceno/Edad del Bronce (4.000-3.200 años). El estudio recoge los datos morfométricos de los équidos hallados en yacimientos andaluces de este intervalo temporal, y evalúa la frecuencia con la que se hallan en comparación con otros grandes mamíferos. Esto permite mejorar nuestro entendimiento de cómo las poblaciones de équidos cambiaron a lo largo del tiempo en el Sur de la Península Ibérica.


Los resultados obtenidos en este trabajo sugieren que los équidos no eran un componente común de la fauna local, y los équidos pequeños (tanto E. hydruntinus como E. asinus) eran aún menos frecuentes. Aun así, los équidos se distribuían por todo el sureste de la Península Ibérica hasta el Calcolítico, para quedar aparentemente restringidos a las regiones más áridas del este durante la Edad del Bronce. Por otro lado, los équidos del Paleolítico son claramente identificables como silvestres y los de la Edad del Bronce como domésticos, pero esta distinción no se puede hacer con suficiente claridad en el periodo intermedio. Esto podría estar reflejando un estadio intermedio relacionado con una fase temprana del proceso de domesticación.

De esta manera, ambas especies silvestres (Equus ferus y Equus hydruntinus) parecen haberse extinguido a finales del Pleistoceno/Paleolítico en Andalucía, mientras que algunas comunidades humanas, principalmente de las regiones más áridas del este, habrían mantenido una cabaña doméstica. En el estudio, liderado por la doctora Eloísa Bernáldez (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, IAPH) y el equipo del Laboratorio de Paleobiología y Arqueozoología del IAPH, colaboran también miembros del Grupo de Biología Evolutiva (UNED) y del Grupo de Conservación y Genética Evolutiva de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).

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