16.3.18

Incubar: el problema final


Seguimos en semana de noticias sobre dinosaurios que alzaron el vuelo y lo diversificaron hasta llegar al día de hoy. No obstante, en esta nueva entrada nos centraremos en una cuestión que fue, sin ninguna duda, muy importante para el devenir de las primeras aves que empezaron a poblar los distintos ecosistemas del planeta durante el Mesozoico. Este aspecto no es otro que el reproductivo y, más concretamente, ese momento tan importante del desarrollo de los futuros pollos que es la incubación. El proceso de incubación relacionado con el mantenimiento de una temperatura constante que facilite el desarrollo del embrión en el interior del huevo es conocido, como es de esperar, en los representantes actuales de las primeras aves en aparecer pero no se tiene evidencia directa en estas últimas. Los resultados obtenidos en una investigación que ha sido publicada recientemente en la revista científica Journal of Evolutionary Biology a partir del análisis de la morfología de la pelvis de varias de estas primeras aves mesozoicas parecen indicar que muchas de ellas tenían un problema que solventar. Y este inconveniente era el siguiente: algunas de estas primeras aves presentaban masas corporales que excedían la carga máxima que podían soportar los huevos, por lo que el proceso de incubación directa sería trágico para la puesta.

Una mágica estampa cretácica, aves de un lado para otro surcando los cielos. De repente otra fotografía: una pareja de jóvenes aves que presentan miradas de desconcierto frente a su reciente puesta parecen pensar incubar: el problema final.

El resumen del trabajo es el siguiente:

Numerous new fossils have driven an interest in reproduction of early birds but direct evidence remains elusive. No Mesozoic avian eggs can be unambiguously assigned to a species, which hampers our understanding of the evolution of contact incubation, which is a defining feature of extant birds. Compared to living species eggs of Mesozoic birds are relatively small, but whether the eggs of Mesozoic birds could actually have borne the weight of a breeding adult has not yet been investigated. We estimated maximal egg breadth for a range of Mesozoic avian taxa from the width of the pelvic canal defined by the pubic symphysis. Known elongation ratios of Mesozoic bird eggs allowed us to predict egg mass and hence the load mass an egg could endure before cracking. These values were compared to the predicted body masses of the adult birds based on skeletal remains. Based on 21 fossil species, we show that for non-ornithothoracine birds body mass was 130% of the load mass of the eggs. For Enantiornithes body mass and egg load mass were comparable to extant birds, but some early Cretaceous ornithuromorphs were 110% heavier than their eggs could support. Our indirect approach provides the best evidence yet that early birds could not have sat on their eggs without running the risk of causing damage. We suggest that contact incubation evolved comparatively late in birds.

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Más información:
  • Referencia: Denis C. Deeming & Gerald Mayr (2018): Pelvis morphology suggests that early Mesozoic birds were too heavy to contact incubate their eggs. Journal of Evolutionary Biology. DOI: 10.1111/jeb.13256.
  • Imagen tomada de Discover Magazine (Autor: Stephanie Abramowicz).

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