11.1.14

Presentación en sociedad de Hylaeochelys kappa


Hoy se presenta al público en el Museo de Torres Vedras una nueva especie de tortuga del Jurásico Superior de la Cuenca Lusitánica que se ha denominado Hylaeochelys kappa.

A pesar de ser menos populares, las tortugas son un componente habitual en los yacimientos con fósiles de dinosaurios y en muchas ocasiones resultan tan útiles como estos para comprender cómo fueron los ecosistemas de hace millones de años.

El ejemplar, que va a ser publicado en la revista Comptes Rendus Palevol de la Academia de Ciencias francesa, está compuesto por gran parte de un caparazón encontrado en la playa de Porto do Barril en Mafra (Portugal). El fósil está depositado en la Colección del Laboratorio de Paleontología y Paleoecología de la Sociedad de Historia Natural de Torres Vedras y fue recogido en 2011 por José Joaquim dos Santos, un colaborador habitual de está institución.

El análisis del fósil ha permitido reconocer que se trata de una tortuga de agua dulce, perteneciente a un género hasta ahora exclusivamente conocido en Gran Bretaña a partir de fósiles que datan del Cretácico Inferior. Hylaeochelys kappa fue una tortuga de hasta medio metro de longitud, caracterizada por poseer un caparazón redondeado y muy bajo, que permite identificarla como un organismo de costumbres nadadoras. El ejemplar portugués vivió hace algo más de 145 millones de años y constituye, por lo tanto, la representación más antigua del genero y la única conocida por el momento en el Jurásico.

Se ha denominado “kappa” a esta especie como referencia a una figura mitológica japonesa con aspecto de tortuga, los kappas, que parecen tomar ese nombre de la vestimenta de los monjes portugueses que llegaron a Japón en el siglo XVI y a los que se asemejarían por presentar una especie de tonsura.

Hylaeochelys kappa es una forma primitiva del grupo al que pertenecen la mayor parte de las tortugas actuales, es decir, las criptodiras. Dicho grupo engloba a los galápagos, las tortugas de caparazón blando, las terrestres y las marinas. Durante el Jurásico Superior se produjo la apertura del Atlántico norte y Europa comenzó a tener una fauna diferenciada de la de América del Norte. Posteriormente, durante el Cretácico, se produce una profunda transformación de las faunas de vertebrados que conduce a la sustitución de la mayor parte de los grupos antiguos y la instalación de muchos nuevos linajes. Así, durante el Jurásico son abundantes los representantes de algunos grupos de tortugas exclusivamente europeas, como los plesioquélidos, que desaparecieron al final de este periodo. De la misma manera, las tortugas cretácicas europeas no presentaban hasta el momento parientes directos en el Jurásico y, por lo tanto no se conocía ningún género de tortugas europeas que atravesase esta frontera temporal. A la luz del hallazgo en Porto do Barril, ahora sabemos que, al menos Hylaeochelys ya existía en el Jurásico. Todo parece indicar que los reptiles dulceacuícolas jurásicos europeos, como Hylaeochelys, pero también otras tortugas y distintos grupos de cocodrilos, consiguen sobrevivir, alcanzando el Cretácico con menos dificultad que sus parientes marinos. Se interpreta que algunos ecosistemas continentales en ese momento pudieron ser mas estabilidad que los ambientes costeros que se vieron sometidos a importantes cambios en el nivel del mar a finales del Jurásico, afectando drásticamente a sus poblaciones de reptiles.

La fauna de vertebrados que habitó el Jurásico Superior de la Cuenca Lusitánica está constituida fundamentalmente por dinosaurios y cocodrilos de los que se conoce una relativamente amplia diversidad que sirve como un excelente ejemplo de los ecosistemas de la Península Ibérica de hace más de 145 millones de años. Los fósiles de tortugas son muy abundantes en los sedimentos de esta edad en la Cuenca Lusitánica y se sabe que su diversidad podría estar compuesta por más de media docena de formas, pero hasta el momento tan sólo dos eran reconocidas con precisión a nivel de especie.

Este nuevo hallazgo se realiza en el contexto del análisis de la fauna de vertebrados del Jurásico Superior de la Cuenca Lusitánica que se desarrolla desde hace unos años alrededor del Laboratorio de Paleontología de la Sociedad de Historia Natural de Torres Vedras con participación de investigadores portugueses y españoles.

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