Parece que fue ayer cuando finalizaron las excavaciones en el yacimiento de Lo Hueco en Fuentes (Cuenca). Pues sí, hoy se cumple exactamente un año desde que miembros del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha y la Unidad de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, pisaran por primera vez el yacimiento. Esta visita correspondía a la petición por parte de la Dirección General de Patrimonio y Museos de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para realizar una evaluación preliminar de los restos notificados días antes por los responsables del control arqueológico sistemático del desmonte de un pequeño cerro durante las obras del “Acceso Ferroviario de Alta Velocidad de Levante” en el tramo Arcas del Villar-Fuentes.
Esta primera visita tuvo lugar el martes 22 de mayo de 2007, y a pesar del aspecto amenazante de la climatología, día gris y cubierto de nubes que, minutos más tarde de abandonar el citado yacimiento, descargaron con fuerza sobre este paraje; las sensaciones que se sentían en este primer germen del posteriormente impresionante yacimiento de Lo Hueco, ya hacían imaginar la grandeza del mismo. Entre el barro existente -el mes de mayo del año pasado fue muy lluvioso en esta zona- era fácil distinguir enormes dientes de cocodrilos y enormes vértebras caudales y fragmentos de enormes huesos apendiculares (fémures, húmeros,…) de saurópodos titanosaurios, además de abundantes restos de vegetales carbonizados, por toda la superficie del desmonte del cerro.
Rápidamente, una enorme excitación (se empezaba a apreciar e intuir la futura magnitud del hallazgo) se fue trasmitiendo entre los miembros de la Unidad de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Luis Sanz (UAM), Fernando Escaso (UAM-MCCM)y Francisco Ortega (UNED), también miembro de esta unidad. Sin más dilación, desde esta unidad, comenzaron los trabajos para poner en marcha los mecanismos de actuación sobre dicho yacimiento.
Pues sí, en ese día 22 de mayo de 2007 afloraron los primeros restos, los primeros coletazos de lo que iba a ser uno de los yacimientos del Cretácico Superior europeo más impresionantes, y que en días posteriores y hasta el día de hoy, hace exactamente un año, se ha ido haciendo cada vez más patente la importancia de éste con la aparición de esqueletos articulados de dinosaurios, cráneos de cocodrilos y caparazones de tortugas. Pero eso forma parte de otra historia que el futuro nos relatará.
Se abrirá el telón (to be continued)….
Esta primera visita tuvo lugar el martes 22 de mayo de 2007, y a pesar del aspecto amenazante de la climatología, día gris y cubierto de nubes que, minutos más tarde de abandonar el citado yacimiento, descargaron con fuerza sobre este paraje; las sensaciones que se sentían en este primer germen del posteriormente impresionante yacimiento de Lo Hueco, ya hacían imaginar la grandeza del mismo. Entre el barro existente -el mes de mayo del año pasado fue muy lluvioso en esta zona- era fácil distinguir enormes dientes de cocodrilos y enormes vértebras caudales y fragmentos de enormes huesos apendiculares (fémures, húmeros,…) de saurópodos titanosaurios, además de abundantes restos de vegetales carbonizados, por toda la superficie del desmonte del cerro.
Rápidamente, una enorme excitación (se empezaba a apreciar e intuir la futura magnitud del hallazgo) se fue trasmitiendo entre los miembros de la Unidad de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Luis Sanz (UAM), Fernando Escaso (UAM-MCCM)y Francisco Ortega (UNED), también miembro de esta unidad. Sin más dilación, desde esta unidad, comenzaron los trabajos para poner en marcha los mecanismos de actuación sobre dicho yacimiento.
Pues sí, en ese día 22 de mayo de 2007 afloraron los primeros restos, los primeros coletazos de lo que iba a ser uno de los yacimientos del Cretácico Superior europeo más impresionantes, y que en días posteriores y hasta el día de hoy, hace exactamente un año, se ha ido haciendo cada vez más patente la importancia de éste con la aparición de esqueletos articulados de dinosaurios, cráneos de cocodrilos y caparazones de tortugas. Pero eso forma parte de otra historia que el futuro nos relatará.
Se abrirá el telón (to be continued)….
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