Los primeros representantes de Hupehsuchia se descubrieron en los años 50, pero es curioso que hasta hace relativamente poco no tuviéramos mucha idea de lo que eran estos animales. Hoy en día, sin embargo, los tenemos hasta en la sopa: hupehsuquios por aquí, hupehsuquios por allá... De los cinco taxones que conforman este grupo de reptiles marinos aparentemente emparentados con los ictiosaurios, hasta tres de ellos han sido publicados en poco más de un año. A las publicaciones de Parahupehsuchus y de Eohupehsuchus, hay que añadir las descripciones de nuevos ejemplares de Nanchangosaurus y de Hupehsuchus (taxones ya conocidos, como hemos comentado, desde los años 50 y 70, respectivamente). Ahora, se acaba de publicar en PLoS ONE el quinto taxón mencionado: Eretmorhipis carrolldongi.
Hay que remontarse hasta 1991 si queremos hablar de este nuevo hupehsuquio. En ese año, Robert L. Carroll y Zhi-ming Dong publicaron un artículo sobre estos organismos a partir de los especímenes que se conocían por aquel entonces (Nanchangosaurus y Hupehsuchus). En ese mismo artículo se describía un ejemplar que correspondía a lo que parecía un nuevo género de hupehsuquio. Sin embargo, este nuevo fósil apenas era poco más que una impresión del esqueleto en la roca, por lo que no podía hacerse una diagnosis decente, y no podría ser justificado como holotipo. Ahora, se ha podido preparar y publicar un nuevo ejemplar procedente del Condado de Yuan'an, y se ha comprobado que su morfología parece coincidir con la del espécimen descrito en el 91. Así, ha podido hacerse una descripción y diagnosis en condiciones, nombrando al animalito como Eretmorhipis carrolldongi ("remo ventilador", "remo abanico", o algo por el estilo, por la forma de las aletas, para el nombre genérico; el nombre específico hace referencia a los investigadores Carroll y Dong).
Ninguno de los dos especímenes presenta cráneo, pero aún así los autores identifican una serie de características diagnósticas: para empezar, los dígitos de las manos y pies se expanden radialmente, conformando aletas casi tan anchas como largas, con forma de remos (de ahí el nombre genérico). Además, los elementos de la tercera capa de la armadura dérmica dorsal son más grandes que en otros hupehsuquios, abarcando cada osteodermo hasta cuatro segmentos vertebrales, aunque con sustanciales huecos entre ellos. Por último, su esqueleto axial es muy compacto, con forma de tubo, al igual que en el caso de Parahupehsuchus, aunque en Eretmorhipis el cuerpo tubular es más corto, restringido a la región pectoral. Así, tras un análisis filogenético, Parahupehsuchus y Eretmorhipis quedan agrupados en un nuevo clado, Parahupehsuchinae, como puede apreciarse en el siguiente cladograma (WGSC.V26020 y IVPP.V4070 son los ejemplares clasificados como Eretmorhipis; "Specimen in [8]" hace referencia a un nuevo ejemplar de hupehsuquio todavía no descrito).
Finalmente, también se menciona en el artículo que las extremidades de los hupehsuquios presentan cierta variabilidad de adaptaciones funcionales: desde las extremidades con forma típica de aletas en punta en Parahupehsuchus, hasta las anchas extremidades con forma de remo y acabadas en forma de abanico de Eretmorhipis, pasando por formas intermedias en otros géneros. Esto contrasta con la morfología de las extremidades de los ictiosaurios, que presentan sin excepción extremidades en forma de aletas, a pesar de su enorme diversidad. Los autores sugieren que la variabilidad en las extremidades de los hupehsuquios podría deberse a adaptaciones al medio, en función de distintos tipos de hábitats. Esto permitiría a los Hupehsuchia dividir recursos, y justificaría la aparición exclusiva de estos reptiles en un área geográfica restringida (todos provienen de China).
Sin duda, son buenos tiempos para los hupehsuquios.
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Más información:
Finalmente, también se menciona en el artículo que las extremidades de los hupehsuquios presentan cierta variabilidad de adaptaciones funcionales: desde las extremidades con forma típica de aletas en punta en Parahupehsuchus, hasta las anchas extremidades con forma de remo y acabadas en forma de abanico de Eretmorhipis, pasando por formas intermedias en otros géneros. Esto contrasta con la morfología de las extremidades de los ictiosaurios, que presentan sin excepción extremidades en forma de aletas, a pesar de su enorme diversidad. Los autores sugieren que la variabilidad en las extremidades de los hupehsuquios podría deberse a adaptaciones al medio, en función de distintos tipos de hábitats. Esto permitiría a los Hupehsuchia dividir recursos, y justificaría la aparición exclusiva de estos reptiles en un área geográfica restringida (todos provienen de China).
Sin duda, son buenos tiempos para los hupehsuquios.
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Más información:
- Referencia: Chen X-h, Motani R, Cheng L, Jiang D-y, Rieppel O (2015) A New Specimen of Carroll’s Mystery Hupehsuchian from the Lower Triassic of China. PLoS ONE 10(5): e0126024. doi:10.1371/journal.pone.0126024
- Imágenes: Arriba, reconstrucción de Hupehsuchus en vida, ilustrando la hipótesis de una bolsa gular para estos animales, por Carlos de Miguel Chaves. Segunda imagen, los dos ejemplares de Eretmorhipis publicados; tercera imagen, la hipótesis filogenética para Hupehsuchia; cuarta imagen, extremidades anteriores de los dos ejemplares de Eretmorhipis (estas tres imágenes extraídas del artículo original).
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