Aunque se tiene constancia de descubrimientos de huesos fósiles de reptiles marinos mesozoicos anteriores al siglo XIX, es a partir de los hallazgos realizados por Mary Anning en los acantilados de Lyme Regis, en la primera mitad de ese siglo, cuando se describen animales como el plesiosaurio o el ictiosaurio, que pasan a formar parte del ámbito científico.
A lo largo de la historia, se han generado numerosos cuentos, leyendas o creencias que consideraban que las especies a las que pertenecían los huesos hallados en terrenos mesozoicos pudieran estar vivas en la actualidad. La observación de elementos fósiles aparentemente pertenecientes a animales aberrantes, ya sea por su tamaño o por su morfología, generó, previa a una explicación científica adecuada, la reconstrucción imaginaria de seres a los que asignar tales elementos. Éstos eran incorporados a leyendas o asimilados como reales.
Por otra parte, gracias a los estudios científicos realizados, se pudo interpretar cómo eran esos animales que habitaron nuestro planeta en el pasado. Esta información se transmitió a la sociedad, de manera más o menos precisa. Sin embargo, una vez conocidos estos seres del pasado, considerar que pudieran estar vivos en la actualidad no fue difícil. La simple observación de elementos no directamente atribuibles a lo que en realidad son, como la visión sesgada de animales en movimiento o la de materiales, de distinta naturaleza, flotando sobre el agua, pudieron llevar erróneamente a asignarlos a esos monstruos del pasado, cuya entidad era ya conocida.
Durante el siglo XIX y las primeras tres décadas del siglo XX, la prensa escrita era el principal vínculo de transmisión de información a la sociedad española. Gracias a ella, la población llegó a conocer animales del pasado descubiertos por los científicos. Sin embargo, este medio de comunicación era también capaz de generar mitos, al comunicar el avistamiento de supuestos seres aberrantes, o de destruirlos, dando una explicación científica a la creencia en determinados seres.
Mediante del análisis de las noticias de prensa publicadas en ese periodo, en el trabajo titulado “Monstruosos reptiles acuáticos vivos para la prensa española anterior a la Guerra Civil”, defendido en el VIII EJIP (Enciso), se ha pretendido ver si la criptozoología referente a este grupo de reptiles estaba arraigada en la sociedad, si estos temas eran motivo de críticas o burlas, o incluso si la prensa se valía de ellos para atraer a potenciales lectores.
Así pues, es común que, además de noticias de relativo rigor científico, en ese periodo se publicaran otras referentes a la posible pervivencia actual de grandes reptiles acuáticos. Entre estos animales son muy frecuentes las referentes a avistamientos y expediciones para la captura de serpientes de mar gigantes, ictiosaurios, plesiosaurios, el monstruo de Lago Ness, e incluso monstruos dulceacuícolas españoles.
La inmensidad y desconocimiento de las masas acuáticas, ya sean océanos, mares, ríos o lagos, ayudaron a hacer más creíbles estas historias. Comúnmente muchas de ellas se narraron con un tono algo burlesco. En otras ocasiones se trató de hacer un seguimiento a hechos curiosos hasta hallar una solución científicamente aceptada. No obstante, no son escasas las que no dudan de la coexistencia real del ser humano con tales “monstruos”. El contexto histórico es fundamental para comprender dichas publicaciones.
____
Referencia: Pérez-García, A. En prensa. Monstruosos reptiles acuáticos vivos para la prensa anterior a la Guerra Civil. Cidaris.
___
Imagen superior: El ictiosaurio tal como fue publicado en la prensa española del siglo XIX.
Imagen inferior: Visión de la serpiente de mar en la prensa española del siglo XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario