2.5.10

“Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres

El siglo XIX supuso un impulso muy importante para la paleontología, y concretamente para el estudio de los reptiles fósiles. Gracias a los esfuerzos, descubrimientos e investigaciones de personalidades hoy en día bien conocidas, como Mary Anning, Gideon A. Mantell, William Buckland o Richard Owen, la imaginación pudo viajar a mundos dominados por enormes y terroríficos reptiles, habitantes de tierra, mar y aire. Sin embargo, en algunos de estos seres se creyó ver el origen de mitos ancestrales, no estando consensuada la idea de su extinción, llegándose a plantear su coexistencia con los primeros seres humanos o la pervivencia de algunos de ellos en la actualidad, generalmente en regiones remotas pero, en ocasiones, habiéndose realizado supuestos avistamientos en áreas habitadas por el hombre.

En España, el impulso científico apenas tuvo repercusión durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. No obstante, la población de nuestro país conocía a estos animales y estaba familiarizada con la historia de sus descubrimientos gracias a las noticias transmitidas por la prensa, auténtico vínculo entre la ciencia y la sociedad.

En el trabajo titulado “Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres, expuesto en el VIII EJIP, se ha aludido a una serie de artículos periodísticos, publicados en la prensa española entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras tres décadas del siglo XX, en los que se muestra hasta qué punto muchas veces realidad y ficción se juntan para hacer llegar a la población la imagen de unos reptiles de gran tamaño que pudieran haber sobrevivido desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Por lo tanto, se pretende ver cómo estas ideas eran tratadas en la sociedad española de dicho periodo, mediante noticias que se sucedían en el tiempo y aportaban nuevos datos para la resolución de estos enigmas.

Entre otros seres, cabe destacar por su relevancia la figura del dragón y otros saurios aberrantes, como aquellos de tres cabezas, el Mokele-Mbembe, la visión reptiliana del unicornio, la experimentación con reptiles e, incluso, las pinturas rupestres en las que se retratan dinosaurios.

De esta manera, mediante la prensa, se informó sobre hallazgos destacados, exposición de ejemplares, reconstrucciones de los mismos y también sobre la dimensión social de estos seres, incorporados en la literatura fantástica, en espectáculos teatrales o en el cine. Sin embargo, además de la transmisión de información veraz y objetiva, ciertas noticias referentes a los grandes reptiles tratan sobre temas polémicos o inverosímiles, muchas veces enviadas desde el extranjero.

Paralelamente al desarrollo de la ciencia, el halo de misterio que se plasmaba en la figura de estos seres, permitió que tales antediluvianos incorporaran una dimensión irreal, aprovechada por la prensa para transmitir diversas ideas. Por una parte, este medio de comunicación plantea la posibilidad de que los fósiles de reptiles mesozoicos pudieran haber originado algunos mitos, como los del dragón o del unicornio. Por otro lado, se pretende justificar que el conocimiento adquirido, gracias los descubrimientos científicos, permitió considerar vivas a criaturas del pasado a partir de escasas pruebas, como avistamientos fugaces de animales o marcas de la actividad de los mismos, tal es el caso del Mokele-Mbembe. Sin embargo, también se transmite la idea de la pervivencia de criaturas generalmente consideradas por los científicos como extintas o irreales.

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- Imagen superior: Imagen de un dinosaurio paseándose por una ciudad, publicada en la prensa de la década de 1920.

- Imagen inferior: Dibujo de Diplodocus y pintura rupestre en la que se interpretó que estaba representado dicho animal. Estas imágenes se publicaron en varios diarios de la década de 1920.

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Referencia: Pérez-García, A. En prensa. “Paleocriptozoología” en la prensa española anterior a la Guerra Civil: Los grandes saurios terrestres. Cidaris.

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