De pequeña me enseñaron, cuando todavía existían profesores sin recortar, que en una multiplicación el orden de los factores no altera el producto. No sucede lo mismo con las palabras que encabezan estas frases… ¿A qué no? Sin embargo, hoy no toca hablar ni de canciones infantiles ni de viejas leyendas de la música que todos tenemos en mente. Y tampoco voy a polemizar sobre qué década nos ofreció los mejores acordes y solos de guitarra de todos los tiempos… ¿la de los 70-80, Cretácico Superior, o la de los 90-00 y 10, simple Terciario…? Era broma.
Por otra parte, y aunque los maduritos apostemos por aquello que oíamos en nuestras añoradas y “casi” olvidadas noches de cubatas, bailes y antros abiertos hasta el amanecer, hoy disponemos de savia fresca, llena de vida, de ilusiones y de expectativas. Y si no que se lo digan a los jóvenes que inundan institutos y universidades… y las listas del paro de España, una de las más largas de Europa. Pero no queremos deprimirnos ni aburrir, y aunque estemos a punto de entrar en la estación más melancólica de cuantas existen, deseamos poner un toque rockero y trasgresor a septiembre, el mes obligado a decirle adiós al verano, a las fiestas de los pueblos y a las verbenas en la plaza.
Casualidades de la vida, y buenas amistades dispuestas a echar una mano, me han confirmado lo que ya decía en una entrada anterior: a la gente nos gustan los dinosaurios. El que no se lo crea que escuche la música de “Stereosaurio”, un grupo madrileño que acaba de salir del cascarón pero que tiene muy claro el sonido que desea hacer y hacia donde quiere ir y, sobre todo, el porqué de esa denominación tan sauriana. Esperemos que ayudados por la fuerza de los grandes lagartos extintos se hagan un hueco en la discografía nacional. O mundial.
Así que, por favor, empezad el otoño con empuje y coraje: olvidad la rutina cotidiana, olvidad los gimnasios, los cursos de inglés y las colecciones interminables. Escuchad música de gente con ganas de decir algo, leed libros llenos de vida y haced acopio de energía. El invierno, en el más amplio sentido de la palabra, está a punto de llegar.
Dinosaurios de andar por casa
Sonia Martínez Bueno
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