La aparición de diversos grupos de arcosaurios durante el Triásico.
Desde que George Gaylord Simpson publicase “Tiempo y Modo en Evolución” en 1944, los investigadores han buscado las pistas para comprender cómo se diversifican los clados. Simpson introdujo la importancia de las “radiaciones adaptativas” o momentos de diversificación, en que los clados adquirían sus características morfológicas y se establecían sus roles ecológicos.
Multitud de estudios han seguido, buscando al explicación a por qué hoy en día podemos observar clados más ricos en especies y otros, por el contrario, poco diversos. Véase las aves frente a las escasas especies de cocodrilos.
Gran cantidad de estudios de este tipo asumen de partida que la diversidad y disparidad morfológica están emparejadas o acopladas.
Hoy les presentamos un reciente estudio de M. J. Benton y colaboradores, que tratan de explicar, por medio de los dinosaurios, cómo ambos patrones pueden estar desacoplados.
Los dinosaurios, o por lo menos los dinosauriomorfos, aparecen en la lenta recuperación de las faunas terrestres tras la mayor extinción en masa de la historia terrestre, la extinción del límite Pérmico-Triasico. En un ambiente de desertización globalizada, sistemas arrasados o cuyos nichos no estaban ocupados, los dinosauriomorfos comienzan a expandirse entre las faunas que recolonizan los ecosistemas, entre los 247 y 242 millones de años.
¿Dispares y diversos?
El primer análisis numérico basado en la filogenia de todos los dinosaurios conocidos, demostraba que los grupos eran más distantes entre sí, morfológicamente, entre los grupos más basales. Parece ser que pese a que aún no eran el grupo más diverso, puesto que los ecosistemas eran dominados por los crurotarsos. Los dinosaurios contaban con una elevada disparidad para su temprana historia finitriásica.
Este hallazgo parece dar peso a la hipótesis sobre el aumento de disparidad (primero) y luego de diversidad (posterior) entre tetrápodos.
¿Competición agresiva?
Los trabajos clásicos hablan de adaptación cual gesta épica por la que los dinosaurios superaron a los crurotarsos en su carrera por dominar los ecosistemas. La verdad es que esta afirmación comienza a mostrar solera. Y numerosos estudios recientes la refutan.
Benton y colaboradores muestran como los crurotarsos y dinosaurios estarían codo con codo hasta el Jurásico Inferior. Es más, hay momentos que los primeros superarían en formas dispares a los segundos, mostrando que los crurotarsos experimentarían nuevos morfoespacios y no eran precisamente un clado en declive.
¿Cuál puede ser la causa entonces?
Gran parte del éxito de los dinosaurios no se debe a superar a los crurotarsos. Más bien, a sobrevivirles.
Se proponen dos adaptaciones clave, la velocidad de crecimiento y un eficiente sistema respiratorio. Y se deja abierta la puerta a una tercera, la endotermina o “sangre caliente” dados estudios recientes. Estas características habrían permitido superar con un impacto menor los tres eventos de extinción y cambios faunísticos del Triásico-Jurásico. Es más, estudios recientes evidencian que algunas de las adaptaciones clave atribuidas en el pasado como la postura parasagital o verticaliación de las extremidades, no fue algo adquirido únicamente por los dinosaurios. Por lo que parece más bien que fueron capaces de superar los distintos eventos, más que ganar la mano por la dominancia de ecosistemas o la carrera de armas predador-presa a la que estaban sometidos todos los arcosaurios del Triásico.
Y para entrar en detalles, solo queda recomendar acudir a la lectura original del articulo. Así termina la historia de cómo unos pocos y diminutos seres se convirtieron en muchos, y luego más, y todos distintos, y ya ni recordamos el nombre de todos y cada uno de ellos de tantos como son… eh, espera un momento, eso me recuerda a haberlo visto en otro sitio…
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