Si has tenido la suerte de dar un paseo por Espéraza (Francia), con seguridad te habrás dado cuenta del inconfundible ambiente dinosauriano que se respira en la localidad. Si buscas un sitio donde tomar un café probablemente acabes encontrando el Café de la Gare, en cuya puerta un elegante dinosaurio te da la bienvenida mientras pierde su sombrero, quizá por culpa del viento.
Si por alguna razón este café está cerrado, puedes acudir al que hay justo en frente. A simple vista no parece que tenga nada especial, pero si te fijas en el suelo puedes ver la réplica de un gran hueso de dinosaurio situado en el centro del local.
¿Y en los alrededores? ¿Qué pasa si vas a Limoux, localidad situada a 20 kilómetros de Espéraza? Pues que por el camino verás publicidad de la marca Salasar, en concreto de su vino Cuvée des Dinosaures, que porta una etiqueta en la que aparece el saurópodo Ampelosaurus.
¿Y todo esto a que se debe? Pues se debe a que muy cerca de Espéraza, en Campagne-sur-Aude, existen varios yacimientos del Cretácico superior donde se han descubierto multitud de fósiles de dinosaurios, cocodrilos y tortugas. Entre ellos, el Ampelosaurus. Y desde hace unos veinte años pueden verse estos fósiles en el Musée des Dinosaures de Espéraza, donde también se pueden adquirir algunos de estos vinos relacionados con la paleontología.
Para más información puedes visitar el blog del museo, Le Dinoblog y leer algo más de los vinos de esta zona en Glossopetrae.
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