¿Quién
ha dicho que las crestas son una moda surgida a finales de la década de 1970?
Nada más allá de la realidad. Ya en el Jurásico, hace más de 150 millones de años,
algunas tortugas lucían estas estructuras, aunque no en su cabeza, sino en el
caparazón.
El
grupo más abundante y diverso de tortugas costeras del Jurásico Superior de
Europa era Plesiochelyidae. Estas tortugas habitaban las aguas cálidas y poco
profundas que inundaban a gran parte de Europa, con un registro abundante en la
Península Ibérica. Aunque la mayoría de estas formas tenían la estructura abovedada
típica del caparazón dorsal de las tortugas, existían un género con una marcada
cresta sagital: Tropidemys. Un nuevo
trabajo, que acaba de ser publicado, identifica la presencia de esta tortuga
con cresta en el registro portugués. Para efectuar su estudio, el registro de Tropidemys de varios países europeos ha
sido revisado. Además de en Europa Central, y en la Península Ibérica, esta
tortuga es reconocida en el registro
británico. Allí fue definida, hace casi siglo y medio, Pelobatochelys blakii, una tortuga cuya validez era, hasta ahora,
puesta en duda. El nuevo estudio permite confirmar que se trata de una especie
válida, pero es reasignada al género Tropidemys.
Por lo tanto, el conocimiento sobre la diversidad y área de distribución de
este género de tortugas jurásicas es notablemente mejorado.
_____
Referencia: Pérez-García, A.
2015. Revision of the British record of Tropidemys
(Testudines, Plesiochelyidae) and recognition of its presence in the Late
Jurassic of Portugal. Journal of
Iberian Geology 41: 11-20. Enlace al artículo
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