Han transcurrido dos décadas desde que el Dr. Ian Malcolm (Jeff Goldblum) nos regalase una de sus reflexiones en voz alta sobre el trabajo que se estaba produciendo en los laboratorios de la empresa InGen en aquella maravillosa isla próxima a Costa Rica:
"Dios crea al dinosaurio. Dios destruye al dinosaurio. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea al dinosaurio."
Y aunque de sobra es conocida la dificultad que existe para poder obtener ADN fósil y, consecuentemente, clonar organismos que habitaron nuestro planeta en un pasado muy, muy lejano… "no todo son malas noticias en el estudio de las moléculas orgánicas (biomoléculas) de los dinosaurios" como indica José Luis Sanz en “Pequeña historia de los Dinosaurios”. En un trabajo que será publicado en unas pocas semanas en la revista Bone, la doctora Mary H. Schweitzer junto con otro grupo de investigadores, dan un paso más al frente en lo que se conoce como paleontología molecular. Estos investigadores han utilizado determinados anticuerpos presentes en células óseas de aves actuales, en restos de huesos del terópodo Tyrannosaurus rex y del hadrosaurio Brachylophosaurus canadensis que preservaban evidencias de colágeno, para determinar si determinadas estructuras halladas en la matriz ósea fósil de estos ejemplares podrían estar relacionadas con estas células óseas u osteocitos. La hipótesis ha sido confirmada.
"Dios crea al dinosaurio. Dios destruye al dinosaurio. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea al dinosaurio."
Y aunque de sobra es conocida la dificultad que existe para poder obtener ADN fósil y, consecuentemente, clonar organismos que habitaron nuestro planeta en un pasado muy, muy lejano… "no todo son malas noticias en el estudio de las moléculas orgánicas (biomoléculas) de los dinosaurios" como indica José Luis Sanz en “Pequeña historia de los Dinosaurios”. En un trabajo que será publicado en unas pocas semanas en la revista Bone, la doctora Mary H. Schweitzer junto con otro grupo de investigadores, dan un paso más al frente en lo que se conoce como paleontología molecular. Estos investigadores han utilizado determinados anticuerpos presentes en células óseas de aves actuales, en restos de huesos del terópodo Tyrannosaurus rex y del hadrosaurio Brachylophosaurus canadensis que preservaban evidencias de colágeno, para determinar si determinadas estructuras halladas en la matriz ósea fósil de estos ejemplares podrían estar relacionadas con estas células óseas u osteocitos. La hipótesis ha sido confirmada.
Parece ser que con cada pequeño pasito que la paleontología va acumulando, más peso tienen las palabras de la Dra. Temperance "Bones" Brennan: "!los huesos no desaparecen!".
--Imagen tomada de deviantART (Autor: IrkenIdiot).
--Referencia: Mary Higby Schweitzer, Wenxia Zheng, Timothy P. Cleland, & Marshall Bern (2012): Molecular analyses of dinosaur osteocytes support the presence of endogenous molecules. Bone. DOI: 10.1016/j.bone.2012.10.010.
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