(…) No me asombran a mí las proporciones,
ni los siglos que lleva en sus talones
este saurio que avanza ante el proscenio.
(…) ¡Que venga, sí, lagarto tan anciano
á este pueblo de hambrientos y mendigos,
y que á Gobernación, buscando abrigos,
los caciques le lleven de la mano!
¡Mejor que en el Museo, entre otros miles,
se hallarán, del lagarto los perfiles,
en la Puerta del Sol; doy mi palabra!
¡Así, en aquellos antros ratoniles,
habrá aumento en el “fondo de reptiles”
y habrá, á un tiempo, ratón, lagarto y Cabra!
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