20.7.12

Movida tocha, esta vez en el origen de las aves


La mayoria de los paleontólogos de vertebrados acepta la hipótesis que propone que las aves son descendientes de dinosaurios terópodos (y que, por lo tanto, ellas mismas son dinosaurios terópodos). Es tanta la evidencia y se han publicado tantos trabajos en los últimos tiempos que la idea va calando incluso fuera de la paleontología y, a estas alturas, ya nadie se sorprende por escuchar que una cotorra y un tiranosaurio son primos hermanos. Sin embargo, como si se tratase de habitantes de una aldea gala, existe un grupo de irreductibles que continúa negando que la forma más sencilla de explicar el origen de las aves se encuentre rebuscando entre los terópodos manirraptores. La verdad es que cada vez tienen menos predicamento entre la comunidad científica, pero no se les puede negar una tenacidad a priori encomiable.

Uno de los abanderados más notables de esta cruzada es Alan Feduccia, un reconocido ornitólogo de la Universidad de Carolina del Norte. Feduccia acaba de publicar el libro: Riddle of the Feathered Dragons: Hidden Birds of China, en el que intenta mostrar los supuestos errores de la interpretación dominante y aportar alguna alternativas. Esto es perfectamente lícito y, obviamente, la lectura del libro de Feduccia es recomendable para todos aquellos que quieran acercarse al tema de forma crítica. Sin embargo, sorprende la vehemencia con la que algunos miembros de la ya conocida como línea BAND (“Bird are not dinosaurs”) se aferran a la existencia de una conspiración por parte del resto de la comunidad científica para, supuestamente, negarse a ver lo obvio.

No vamos a extendernos hoy y aquí en un análisis de las dos hipótesis, pero, por si alguien quiere una segunda opinión, Luis Chiappe publica en el número de Agosto de la revista BIOSCIENCE una reseña del libro de Feduccia que termina:

"Después de 358 páginas, "Riddle of the Feathered Dragons" ("El enigma de dragones emplumados") fracasa en la propuesta de una clara hipótesis alternativa sobre el origen de aves que contrarreste el consenso de que sean los descendientes vivos de los dinosaurios terópodos. En medio de una profusión de declaraciones infundadas y retóricas que, a veces, suenan más como revelaciones divinas, Feduccia cita a T.H. Huxley (el famoso bulldog de Darwin y acérrimo defensor de la hipótesis teropodiana) diciendo, "un buen libro es comparable a un pedazo de carne”. Si Huxley estuviera vivo, creo que él estaría de acuerdo en que "Riddle of the Feathered Dragons" sabe más a repollo."

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Más lecturas 
  • Feduccia, A. (2012) Riddle of the Feathered Dragons: Hidden Birds of China. Alan Feduccia. Yale University Press, 368 pp. (ISBN 9780300164350). 
  • Chiappe, L. (2012) The Dinosaur Conspiracy. BioScience, 62 (8)

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