El pasado lunes se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences un artículo en el que se describía una nueva especie de reptil insectívoro descubierto en Montana en la década de los 70 y que había sido asignado a otro taxón de escamoso de forma errónea. La diagnosis de esta nueva especie se ha basado en un dentario con apenas cinco dientes completos, por lo que no resultaría un fósil espectacular ni mediático si no fuera por...... su nombre.
Y es que a Longrich y colaboradores se les ha ocurrido homenajear al presidente Barack Obama, dedicándole este nuevo taxón de poliglifanodonto al que han denominado Obamadon gracilis. Han justificado su decisión apelando a la "amplia sonrisa" presidencial y al importante papel que ha tenido Obama "como modelo a seguir de una buena higiene bucal para el mundo". Muy bien, cada cual que homenajee a quien quiera, es muy respetable. Pero es que ojeando la prensa estos días para saber algo más del hallazgo, hoy nos hemos topado con este titular de "The Telegraph": "Obamadon gracilis: nuevo dinosaurio nombrado en honor a la amplia sonrisa de Obama". Otra vez no...
Aún a riesgo de ponernos pesaditos, la prensa (y en este caso la británica, ejemplo en multitud de ocasiones de corrección y seriedad) vuelve a recaer en los errores de siempre. El artículo es correcto, hablan de un lagarto, hacen coñitas (que no consideraron "Romneydon" y que "Clintondon" no les sonaba bien...), explican la etimología del nombre... y luego se calzan un titular en el que mencionan a un nuevo dinosaurio nombrado en honor a Obama. Por favor, nuestras retinas lloran cada vez que nos enfrentamos a un nuevo titular de este tipo. Ya no os pedimos que lo hagáis por la ciencia, o por el rigor periodístico... Hacédlo por toda esa gente que derrama una lagrimita cuando leen como llamáis dinosaurios a animales que no lo son.
Telegraph, nos habéis hecho daño. Mucho daño...
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