26.10.15

Las tortugas y el ser humano durante el Pleistoceno ibérico en las XXXI Jornadas de la SEP


Aquí va la información sobre la última intervención tortuguil presentada en las XXXI Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología. Avanzando aún más en el tiempo, analizamos la relación de las tortugas con nuestros antepasados que habitaron durante el Pleistoceno ibérico. Son muchos los yacimientos arqueológicos donde aparecen restos de estos animales. Sin embargo, generalmente han sido poco estudiados, y no existen trabajos donde se haga una integración y síntesis de ese registro. Este trabajo está relacionado con otro recientemente presnetado en el 5th Postgraduate Zooarchaeology Forum. En este contexto, se presenta en la SEP un poster cuyo resumen es el siguiente:

La captura y el consumo de pequeñas presas por parte del ser humano en momentos anteriores al Paleolítico superior es parte de un amplio debate (Stiner et al. 1999). Pese a que algunos autores consideran que el aprovechamiento sistemático de presas pequeñas se asocia al comportamiento humano moderno, existe una serie de yacimientos antiguos en los que se ha documentado el aprovechamiento del llamado small game. Los quelonios se incluyen dentro de este concepto de pequeñas presas si bien, al igual que la mayoría de microvertebrados, se estudian principalmente por su valor como bioindicador. El material de quelonios en los yacimientos arqueológicos del Pleistoceno ibérico es relativamente abundante (Fèlix et al. 2006; Morales y Sanchis, 2009). Esta presentación mostrará una aproximación metodológica y varios resultados correspondientes a los estudios que se vienen realizando al respecto, que suponen una detallada puesta al día sobre la información de estos reptiles en el registro arqueológico del Pleistoceno peninsular.
El punto de partida de estos análisis ha consistido en una recopilación bibliográfica exhaustiva. Se ha recolectado, repasado y analizado toda evidencia publicada de la presencia de estos reptiles en yacimientos arqueológicos ibéricos, es decir, con evidencia de actividad de algún representante del género Homo. El proceso de investigación ha abarcado tanto publicaciones de índole arqueológica como paleobiológica. Gran parte de la información obtenida se ha organizado en una base de datos, a través del programa FileMaker Pro 8.5.
Como resultado, se ha recopilado información sobre la presencia de restos de quelonios en 50 yacimientos del Pleistoceno ibérico en los que se reconoce industria lítica o restos óseos humanos. En algunos de esos trabajos, los restos de quelonios se habían atribuido a tortugas indeterminadas. En otros, se identificó la presencia de especies hoy en día presentes en territorio peninsular (Testudo o Chersine hermanni, Mauremys leprosa, Emys orbicularis), o de taxones cuya atribución sistemática es errónea (como es el caso de las alusiones a Agrionemys). Dentro de estos 50 yacimientos, se reconocieron evidencias de consumo humano en seis de ellos, a través de la identificación de huellas de incisiones o de combustión en los restos (ver, por ejemplo, Blasco 2008).
La recopilación del registro de quelonios en yacimientos arqueológicos del Pleistoceno de la Península Ibérica ha permitido identificarlos como un grupo relativamente abundante. Sin embargo, la naturaleza de esta presencia es discutible en muchos de ellos debido a la falta de evidencias claras que permitan desarrollar una interpretación de cara a su consumo. La mayoría de las publicaciones son antiguas y en ellas los autores se limitaron a señalar la presencia de algún taxón, generalmente sin facilitar figuras que pudieran permitir a otros especialistas valorar el material o comprobar la identificación taxonómica. Incluso, en el caso de realizarse atribuciones sistemáticas mejor justificadas, muchos de esos trabajos no perseguían la interpretación arqueológica de los restos. En la mayoría de estos yacimientos no queda clara la naturaleza de la presencia humana, pues ésta viene indicada por algún artefacto lítico o algún hueso, lo que en ningún caso permite descartar que su naturaleza fuera la de un cubil de hienas o de otro carnívoro. En otros casos, al haber sido excavados hace varias décadas y, generalmente, al carecer de una revisión actual, la información tanto sistemática como interpretativa resulta obsoleta, habiendo sido planteada a modo de información preliminar. Otras publicaciones más modernas incluyen en los análisis tanto el estudio o atribución sistemática, además de su interpretación como desechos alimentarios.
Para concluir, nuestro estudio nos ha revelado la necesidad de desarrollar una revisión sistemática de los restos de quelonios del Pleistoceno peninsular. No sólo resulta ineludible la revisión del material de cara a la confirmación o refutación de la determinación taxonómica, sino que es necesario, con el fin de comprender la posible relación de estos restos con el género Homo, un estudio arqueozoológico en cada caso. Los resultados de esta revisión pueden arrojar luz respecto al debate sobre la captura, procesado y consumo de pequeñas presas, situando este tipo de aprovechamiento en períodos más antiguos de lo inicialmente documentado en la Península Ibérica y afianzar el peso del mismo en la reconstrucción paleoeconómica de los grupos cazadores-recolectores.

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Referencias:
Imagen: 
  • Trabajo sobre el registro de quelonios en los yacimientos arqueológicos del Pleistoceno en la Península Ibérica presentado en las XXXI Jornadas de la SEP.

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