En la Cueva de Balmori (Asturias) se sitúa un yacimiento arqueológico, del Paleolítico Superior, conocido desde principios del siglo XX. Entre los objetos allí hallados destaca una placa ósea perforada, con un grabado de bovino. En la descripción original de la pieza, realizada en la década de 1910, se indicó que el soporte podría ser un fragmento de caparazón de una gran tortuga. Por su tamaño, y cercanía a la costa, era de suponer que se trataría entonces de un resto de tortuga marina, muy escasos en el registro arqueológico peninsular. Aunque varios autores han puesto en duda esta atribución, esto nunca había sido justificado. Se acaba de publicar un trabajo cuyo objetivo persigue discutir la naturaleza de esta placa ósea y comentar algunos detalles sobre su decoración y uso.
La placa ósea colgante de la Cueva de Balmori, del Magdaleniense medio, ha resultado mucho más compleja a nivel interpretativo que lo inicialmente considerado. El nuevo estudio permite descartar su identificación como una placa de quelonio, correspondiendo a un resto de mamífero. Este elemento parece haber sido empleado previamente como útil para un trabajo esporádico con alguna materia orgánica, para posteriormente ser acondicionado y reutilizado como soporte para la ejecución de varios grabados, rematados con una posible aplicación de pigmento negro al menos para el contorno del ojo y para el iris del uro allí representado.
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Más información:
- Figura: Elemento óseo del Paleolítico Superior de Cueva de Balmori (Asturias), previamente reconocido como perteneciente a la placa de una tortuga de gran tamaño, sobre el que se realizó el grabado de un uro.
- Referencia: Boneta, I.; Liesau, C.; Pérez-García, A. 2018. Sobre la naturaleza del soporte de la placa ósea colgante de la Cueva de Balmori (Asturias). Kobie Serie Paleoantropología, 36: 21-30.
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