Si repasamos un poco el calendario, comprobaremos que hay días para todo: el día del árbol, el del agua, el del niño, el de la mujer, el de la paz, el del padre (y madre), el del libro, el de los animales… (el de El Corte Inglés, aunque no reciba esa denominación). Pero, ¿dónde está el de los dinosaurios? No lo he encontrado.
Al teclear esa búsqueda en Google todas las entradas aludían al “último día de los dinosaurios en la Tierra”… ¡Qué triste que sólo se acuerden de uno cuando ya no está!
Y me surgió una duda existencial, porque no supe muy bien a quién se referían, si a los gigantes que todos conocemos y admiramos o a esos nostálgicos de épocas pasadas que cargan ya con cierto número de años a sus espaldas, categoría en la que me incluyo dependiendo del tema. Porque por muy viejos que, según las circunstancias y el momento, nos sintamos ¿quién se resiste a un solo de guitarra de Mark Knopfler? ¿Quién podría quedarse quieto y sin mover un músculo al escuchar “Start Me Up”, de nuevo y en directo? Nadie. Nadie que se incluya en la categoría “animales vivos”. Pero todo eso, y mucho más, pertenece al pasado. Igual que nuestros queridos lagartos terribles. Igual que muchos de nuestros ídolos, aunque todavía nos hagan vibrar.
Por otro lado, ¿a qué se debe esa necesidad de dedicar un único día a causas tan justas, importantes y honestas? ¿No sería más lógico que durante todo el año tratáramos de evitar que cientos de mujeres y niños fueran maltratados o asesinados o, simple y llanamente, murieran de hambre? ¿O es que los leones, los elefantes, los linces ibéricos y miles de especies sólo están en peligro de extinción una vez al año?
Como decía la entrañable Mafalda, “no será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida”. Quizás sea eso y, para acallar nuestras malas conciencias durante trescientos sesenta y cuatro días, hayamos decidido que dedicar unas horas a cualquiera de esos motivos nos concede la excusa perfecta para no volver a pensar en ellos.
Por eso, reivindico desde aquí el Día de los Dinosaurios. Y abogo porque cada vez que escuchemos esa canción que nos sigue electrizando, o recordemos nuestras viejas lecturas infantiles y juveniles, o rememoremos aquellos tiempos en los que lucíamos hombreras imposibles y maquillajes de colores, nos repitamos a nosotros mismos que ni siquiera otro meteorito podrá acabar con este especie.
Y para los que ahora contemplan como un acontecimiento muy lejano su ingreso en esta nueva categoría (que el tiempo asigna sin piedad), les digo sólo una cosa: ¡Feliz Día de los Dinosaurios!
Dinosaurios de andar por casa
Sonia Martínez
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Imagen tomada de aquí
3 comentarios:
el 6 de noviembre.. San Saurio!! es lo más parecido que puede haber al día del dinosaurio. Ver fotos de celebración de San Saurio en el blog del Vinosaurio
http://elvinosaurio.blogspot.com.es/2012/11/mammals-celebrating-san-saurio.html
Supongo que Sonia se refiere a algo más simbólico y no a un día en concreto. De todas formas, si se habla de un Día del Dinosaurio podría ser algo más general ¿no? Y el apelativo de santo en el caso del Día de San Saurio le hace tomar, en cierta manera, un cariz religioso. ¿Que pasa con Krishnasaurio o Budaceratops?
http://koprolitos.blogspot.com.es/2010/04/budaceratops.html
No soy yo mucho de celebraciones, pero yo apostaría por un Día del Dinosaurio laico o aconfesional. Eso si, máximo respeto a la Iglesia Encisista y a aquellos que cantan "Hare Krishnasaurio Hare Dinorahma".
Como lo propone tio Grandpa sería el 31 de junio
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