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Dacentrurus armatus y la diversidad de estegosaurios en el Jurásico Superior europeo


Uno de los grupos de dinosaurios que han atraído tanto a los científicos como al público en general son los estegosaurios o dinosaurios con placas. Esto se debe en gran parte a su aspecto en el que destacan la presencia de una variedad de placas y espinas a lo largo del dorso de su cuerpo y de la parte más distal de sus colas, cuya función ha dado para largas horas de intensas charlas y debates. En el registro europeo se tiene evidencia de la presencia de este grupo de dinosaurios característico de finales del Jurásico desde finales de 1800. En concreto es en 1875 cuando se describe el que es el primer estegosaurio conocido: Dacentrurus armatus. Y es en este estegosaurio sobre el que se centra el trabajo publicado la semana pasada en la revista científica Zoological Journal of the Linnean Society.


Teniendo como base la descripción de un nuevo individuo procedente de la Formación Villar del Arzobispo, en este artículo se ha intentado aclarar o arrojar luz a como es la diversidad real de estegosaurios que habitaron los ecosistemas ibéricos y europeos en la parte final del jurásico. Os dejamos aquí el resumen del trabajo:

Dacentrurus armatus was the first stegosaur described in the European Upper Jurassic at the end of the 19th century. The description of a second dacentrurine taxon, ‘Miragaia longicollum’, diagnosed from material non-comparable with the D. armatus holotype, has been controversial, and its validity has been challenged. In this study, we describe a new relatively complete stegosaurian postcranial skeleton from the Villar del Arzobispo Formation (Upper Jurassic, Spain). The systematic study of this new specimen and a comprehensive taxonomic assessment of the material not attributed to Stegosaurus from the Upper Jurassic of Europe, reveal high morphological homogeneity and an absence of morphological criterio for distinguishing two dacentrurine taxa. Therefore, ‘Mi. longicollum’ is proposed as a subjective junior synonym of D. armatus. Moreover, a new diagnosis for D. armatus is suggested based on the holotype and referred specimens. As a result, only two stegosaurian species, Stegosaurus stenops and D. armatus, are recognized in Europe during the Late Jurassic. Finally, the species longispinus from the Morrison Formation (Upper Jurassic, USA) is returned to the genus Alcovasaurus.”

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Las tortugas pleurodiras gondwanicas pudieron llegar a Laurasia en el Cretácico Inferior


El botremídido Algorachelus es el único género de tortugas pelomedusoides conocido en niveles pre-santonienses (hace más de 86 millones de años) en Europa. Este linaje de tortugas, de origen gondwánico, es reconocido como el principal (teniendo en cuenta tanto su diversidad como su abundancia) en los ambientes de agua dulce de la última parte del Cretácico Superior en Europa. La presencia más antigua de Algorachelus identificada hasta el momento en este continente correspondía a los hallazgos documentados en el Cenomaniense medio de Nazaré y Sintra, en la región centro-oeste de Portugal. Este género se había definido a partir de ejemplares encontrados en la localidad española de Algora (Guadalajara), en niveles que podrían ser contemporáneos a los que proporcionaron los caparazores portugueses o ligeramente más jóvenes (es decir, del Cenomaniense medio a la parte inferior del superior). Posteriormente se reconoció la presencia del género Algorachelus en Oriente Próximo, en Israel, en niveles cuya datación también podría ser similar a las de los yacimientos ibéricos (Cenomaniense medio) o ligeramente más antigua (Cenomaniense inferior). La llegada de Algorachelus a Estados Unidos se reconoce en niveles más jóvenes, del Cenomaniense tardío. Así, hasta el momento no se ha confirmado ninguna evidencia sobre la presencia de este género en niveles anteriores al Cenomaniense medio, aquella relativa al material procedente de Oriente Próximo siendo la única que no podría descartarse como del Cenomaniense inferior, pero no las de los restos europeos o americanos.

El descubrimiento de un caparazón de tortuga en la región española de Estercuel (provincia de Teruel), donde hasta ahora no se había identificado ningún resto de este linaje de vertebrados, ha sido documentado en un trabajo de acaba de ser publicado en la revista Cretaceous Research. Se trata de un caparazón atribuible a Algorachelus. Este nuevo hallazgo se ha realizado en niveles depositados probablemente al final del Cretácico Inferior (Albiense superior) o en la base del Cretácico Superior (muy a comienzos del Cenomaniense). De esta manera, se documenta que la exitosa dispersión de este linaje a Laurasia ocurrió antes de lo que se pensaba.


Las condiciones climáticas han condicionado la distribución biogeográfica actual de las tortugas pelomedusoides, del mismo modo que también estuvieron estrechamente ligadas a las distribuciones biogeográficas y estratigráficas de este linaje en el pasado. La identificación del linaje de Algorachelus durante la transición entre el Cretácico Inferior y el Cretácico Superior en la península ibérica (correspondiente a la evidencia más antigua de Pelomedusoides no sólo en Europa, sino para el conjunto del registro de Laurasia) es consistente con el cambio climático que tuvo lugar entre el Albiense y el Cenomaniense inferior. Este relevante cambio global favoreció la expansión del área de distribución de este linaje con requerimientos climáticos mucho más específicos que en el caso de las tortugas criptodiras. Así, la ausencia de registro fósil de vertebrados desde finales del Albiense hasta principios del Cenomaniense en el suroeste de Europa no había permitido, hasta ahora, evaluar si el reemplazo faunístico entre varios linajes identificados en el Cretácico Inferior y los más comunes en el Cretácico Superior ya había ocurrido en ese momento. La nueva evidencia presentada en el artículo científico que acaba de ser publicado demuestra que, al menos considerando el registro de tortugas, el linaje más común del Cretácico Superior en este continente (es decir, el de Bothremydidae) se había dispersado desde Gondwana a Laurasia al menos a principios del Cenomaniense y, muy probablemente, a finales del Cretácico Inferior. Así, se reconoce que Pelomedusoides estaba bien establecido en Europa al menos en el Cenomaniense más basal, por lo que se interpreta una llegada más antigua al continente (es decir, en el Cretácico Inferior). El descubrimiento de este ejemplar en depósitos marinos someros es compatible con la adaptación de este linaje de Pelomedusoides a ambientes marinos costeros, lo que facilitó una dispersión relativamente rápida y exitosa.

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Anatomía y variabilidad del caparazón de la tortuga zamorana Neochelys zamorensis


Dos tortugas podocnemídidas definidas en el Eoceno español son actualmente conocidas, ambas siendo exclusivas del registro del Eoceno medio (hace unos 45 millones de años) de la Cuenca del Duero (noroeste de España): Neochelys salmanticensis y Neochelys zamorensis. La información sobre la anatomía del caparazón de la primera de ellas, identificada en varios yacimientos de la provincia de Salamanca, es muy superior a la disponible para cualquier otro representante de este género de tortugas de agua dulce, exclusivo del Eoceno europeo. Sin embargo, un único espécimen indiscutiblemente atribuible a Neochelys zamorensis había sido descrito y figurado. Ese individuo está representado por un caparazón que no parece corresponder a un individuo adulto, y que procede del yacimiento de Sanzoles, en la provincia de Zamora.


Se acaba de publicar un nuevo trabajo, en la revista Palaeontologia Electronica, en el que se analizan los caparazones parciales bien conservados de varios individuos de la localidad tipo de esta especie, incluyendo ejemplares adultos, de modo que el conocimiento sobre este ahora poco conocido taxón es notablemente incrementado. Además, numerosos caparazones relativamente completos y parciales inéditos, así como placas aisladas, procedentes de otros afloramientos en la misma formación geológica, y también situados en la provincia de Zamora, son estudiados. Todos ellos son atribuibles a Neochelys zamorensis. Una selección de cerca de 200 ejemplares permite analizar en detalle la anatomía del caparazón de esta especie. Dada la gran disponibilidad de restos, y su buen estado de conservación, la variabilidad intraespecífica en el caparazón de la especie es analizada (considerando aspectos como la ontogenia, el dimorfismo y la variabilidad individual), con un grado de precisión mucho mayor de lo que ha podido realizarse para cualquier otro representante europeo de Pleurodira hasta el momento.

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