Titanosaurios en Guadalajara
La Península Ibérica cuenta con un relativamente abundante registro de dinosaurios del Cretácico Superior, especialmente en el tramo Campaniense superior-Maastrichtiense. Entre estos, destacan los yacimientos de Laño (Condado de Treviño), Chera (Valencia), Armuña (Segovia) y Lo Hueco (Cuenca). Una de las características comunes a los yacimientos del tránsito campano-maastrichtiense es la abundancia relativa de los saurópodos Titanosauria entre los grupos de grandes consumidores fitófagos.
En el Cretácico Superior Europeo se han descrito varios géneros de titanosaurios, de los que Lirainosaurus es, por el momento, el único citado en la Península Ibérica, aunque se ha expresado en distintas ocasiones que la diversidad representada debe ser más amplia. De hecho, en el yacimiento de “Lo Hueco” se ha reconocido una fauna de saurópodos compuesta por al menos tres tipos morfológicamente diferenciables. La presencia de Lirainosaurus no se restringe a su localidad tipo, el yacimiento de Laño, sino que se han citado formas afines en localidades sincrónicas, pero geográficamente alejadas, como es el caso del yacimiento valenciano de Chera.
En este trabajo se presenta un centro de una vértebra caudal medio-distal de un saurópodo titanosaurio proveniente de Cretácico Superior de Sacedón (Guadalajara), primer resto de dinosaurio identificado en esta provincia. El ejemplar procede de un afloramiento de la Formación Margas, Arcillas y Yesos de Villalba de la Sierra, formación en la que también se localiza el yacimiento de Lo Hueco. Se discuten sus semejanzas con Lirainosaurus, concluyendo que, a pesar de la escasa información disponible, comparte algunas de las autopomorfías de la diagnosis de este género. Por lo tanto, atendiendo a la relativamente escasa información que puede facilitar un único centro vertebral y a que ésta constituye la primera cita del género en la Formación, se asigna a cf. Lirainosaurus sp.
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Referencia: Ortega, F. & Pérez García, A. 2009. cf. Lirainosaurus sp. (Dinosauria: Titanosauria) en el Cretácico Superior de Sacedón (Guadalajara). Geogaceta 46: 87-90.
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Imagen: Ahora que se ha reconocido la presencia de saurópodos en Guadalajara, muy probablemente estos podran ser avistados paseando por la provincia.
Dinosaurios ornitópodos en Mora de Rubielos
Acaba de ser publicado en la revista Geogaceta el artículo titulado “Redescubrimiento de uno de los primeros restos de dinosaurio del registro español”, que fue defendido en el congreso de la Sociedad Geológica de España celebrado en Madrid en mayo de 2009, como se comentó en este blog.
A mediados del siglo XIX se produce en Europa y Norteamérica un importante auge de las ciencias naturales. Sin embargo, los estudios sobre geología y paleontología no disfrutaban de la misma atención en la España de la época y la investigación sobre reptiles mesozoicos, muy en boga en otros lugares, apenas tenía repercusión en nuestro país. En un intento de reconducir esta situación, el gobierno español pensionó al joven naturalista Juan Vilanova y Piera para que, entre 1849 y 1853, viajara por gran parte de Europa adquiriendo conocimientos geológicos y paleontológicos e incluso ejemplares de reptiles mesozoicos que ingresaron en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN). En las décadas siguientes Vilanova ocupó diversos cargos que le permitieron continuar con la labor de prospección en España, ingresando los numerosos ejemplares hallados en el MNCN, institución donde realizó muchos de sus estudios. Fruto de estas investigaciones fue la primera cita de un dinosaurio en España, aludiendo Vilanova en 1872 a huesos que atribuyó a Iguanodon procedentes de Utrillas (Teruel) y de Morella (Castellón).
En este trabajo se discuten aspectos históricos y sistemáticos de un resto fósil recolectado por Juan Vilanova y Piera entre 1873 y 1893, que constituye parte de los orígenes de la dinosauriología española. Consiste en una falange de un dinosaurio ornitópodo de Mora de Rubielos (Teruel), que no llegó a ser estudiado por dicho investigador, aunque sí por José Royo y Gómez. Este ejemplar ha sido reconocido con ayuda de documentación fotográfica y manuscrita inédita de Royo y Gómez perteneciente al Archivo de Museo.
José Royo y Gómez estudió el ejemplar de Mora de Rubielos, confirmando que su hallazgo lo realizó Vilanova y asignándolo a la misma edad y facies que la de los dinosaurios que él mismo recolectó en Morella. Royo y Gómez se refirió a ese ejemplar en varias ocasiones, considerándolo como perteneciente a un “Iguanodon de talla Mantelli” o simplemente como de un posible ornitópodo.
A pesar de la semejanza del ejemplar con los tradicionalmente considerados miembros del género Iguanodon, la ausencia de novedades evolutivas interpretables justifica su consideración como Iguanodontoidea indet.
Imagen: Vilanova y Royo discuten la asignación de la falange sobre una fotografía de este último científico.
Cabe recordar que esta historia es ficción, muy alejada de la realidad. Un saludo para la organización del VIII EJIP, que seguro que no le pasan estas cosas ¿o si?
(¿Todavía no conoces el blog Koprolitos?)
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El "Rey Tirano" de Australia
Nuevo sauropodomorfo del Jurásico Inferior
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- Referencia: Xing Xu, Jonah N. Choiniere, Michael Pittman, Qingwei Tan, Dong Xiao, Zhiquan Li, Lin Tan, James M. Clark, Mark A. Norell, David W. E. Hone, Corwin Sullivan. A new dromaeosaurid (Dinosauria: Theropoda) from the Upper Cretaceous Wulansuhai Formation of Inner Mongolia, China. Zootaxa, 2010; 2403: 1-9
- Lo fundamental: el artículo en la revista Zootaxa
- Science Daily
- Video de la UCL
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Plataforma cívica contra el uso banal del término "dinosaurio"
La primera expedición, en 1963, fue básicamente de reconocimiento, fueron visitadas las localidades clásicas de las expediciones de Andrews y soviético-mongolas. Además, se prospectaron determinadas zonas en busca de nuevos yacimientos en el sur y sureste del Gobi. El flamante camión polaco “Star 25”, muy útil en suelos rocosos firmes, se vio poco adecuado en lugares arenosos. Afortunadamente, los mongoles contaban con un vehículo “Gaz 63” (todoterreno ruso de origen militar). Con esta ayuda la primera campaña polaco-mongola pudo recorrer 8.000 km hasta el mes de septiembre.
Durante el invierno se preparó cuidadosamente la siguiente expedición. En diciembre D. Dashzeveg, y otro colega mongol, acudieron a Varsovia para ayudar en la interpretación de topónimos en los mapas y preparar el itinerario de 1964; en marzo de ese año toda la impedimenta se envió por tren a Ulan Bator. Un nuevo camión, un “Star 266”, con tracción a las 6 ruedas, se ajustó mucho mejor a las necesidades de los expedicionarios. Durante los meses de junio y julio hallaron abundante material de tortugas, huesos sueltos de dinosaurios y troncos fósiles en la localidad de Tsagan Khushu, en donde encontraron su primer esqueleto dinosauriano. Las primeras evidencias de este ejemplar fueron halladas por el paleontólogo Gwidon Jakubowski, en sedimentos de arenisca roja. Asumiendo que se trataba de un único esqueleto, los expedicionarios comenzaron a excavar hasta desenterrar un magnífico ejemplar de Tarbosaurus joven, de unos 7,5 m de longitud total. El animal yacía de costado, con el cuello arqueado hacia su espalda, la cola combada y las extremidades flexionadas. En palabras de Kielan-Jaworowska “el esqueleto…había sido preservado en la misma posición en la que el animal había muerto hace 80 millones de años. Los camellos muertos a menudo se encuentran en el desierto en la misma postura de agonía, con la cabeza hacia atrás y las patas flexionadas”. El “esqueleto de Gwidon”, como fue llamado este notable espécimen, supuso una inyección de moral para los expedicionarios y planteó graves problemas de extracción. Finalmente se adoptó la solución menos mala: fue cortado en 16 secciones, que se reconstruyeron como un puzzle en Varsovia. De aquí se sacó una copia que reproducía el fósil tal y como fue hallado. Posteriormente el esqueleto fue extraído de su roca matriz y finalmente se convirtió en el primer dinosaurio montado en la capital polaca. Tarbosaurus (“lagarto terrible”) fue propuesto por el paleontólogo soviético A. E. Maleev en 1955. La historia de este género es compleja, aunque podría resumirse en la duda de si se trata del mismísimo Tyrannosaurus o es un género diferente. La propuesta ha ido cambiando históricamente, en la actualidad existe un cierto consenso de que Tyrannosaurus y Tarbosaurus son formas diferentes de dinosaurios terópodos de la familia tiranosáuridos. En general, se admite que el tiranosaurio asiático es algo más pequeño que el norteamericano. Otro rasgo, que diferencia a ambos carnívoros, son las dimensiones relativas de las extremidades anteriores, proporcionalmente más pequeñas en Tarbosaurus. Este género está relativamente bien representado. Las expediciones soviético-mongolas hallaron 7 esqueletos, 3 las polaco-mongolas, y Currie explica que existían al menos 6 esqueletos más en Ulan Bator, en el año 2000. El paleontólogo canadiense refiere que se conocen en la actualidad casos de haber encontrado esqueletos en el campo y haberlos dejado allí."
("Cazadores de Dragones", José Luis Sanz).
Historia de Diplodocus carnegii del MNCN: primer esqueleto de dinosaurio montado en la Península Ibérica
Finalmente se consiguió su instalación exitosa, celebrándose una serie de actos oficiales en los que se agradeció el regalo de Carnegie y el buen trabajo efectuado por sus empleados. Incluso Alfonso XIII envió un curioso obsequio al magnate. Dos décadas después, se envió desde el Carnegie Museum la réplica de otro ejemplar jurásico que se expuso junto con el esqueleto de Diplodocus.
Nsima sobre Lo Hueco o la botella medio llena/medio vacia
(nota: hay un par de elementos extraños que se comentan al final)
Valiente, que ha señalado que el estudio en el que se recogen las previsiones tanto del coste, como de usos, volumen edificable, tipo de instalaciones, etc... está prácticamente cerrado, una vez que “hemos aceptado la propuesta que nos ha hecho la empresa adjudicataria del concurso. Creemos que ha hecho un buen trabajo y muy bien ajustado a la realidad”.
A partir de aquí comienza el proceso para hacer realidad el complejo cultural, lúdico y de investigación que contempla tres módulos diferenciados como es la creación de un Instituto de Investigación, un Centro de Interpretación y un parque temático con recreaciones paisajísticas del hábitat que se supone tenían los dinosaurios cuyos restos han aparecido en lo Hueco.
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Un clásico... la denominación "complejo arqueológico y paleontológico" probablemente quiera decir "complejo paleontológico"- donde dice "más de 80.000 fósiles", a lo mejor se han pasado un poco.
- la foto usada aquí es de Ana Nance para "El Pais"