Volvemos a retomar la popular novela "Jurassic Park" y su correspondiente y aún más famosa adaptación cinematográfica. Todos hemos pensado en la atracción innata que tiene el mundo de los dinosaurios después de pasar de verlos como simples fósiles a admirarlos como enormes gigantes de carne y hueso con el aspecto que podían tener en vida. ¿Pero cuántos habéis pensado lo mucho que nos introdujo Jurassic Park en alguno de los campos de la Genética? Hoy hablaremos de ello comentando el breve artículo publicado en la revista Cell por Robert P. Kruger.
Nociones básicas
De la mano de los científicos de InGen se introdujo al lector/espectador dos fundamentos especialmente en auge estos días. Por un lado, el ADN antiguo, del que cada vez tenemos más registro desde mamuts lanudos hasta nuestros parientes Neandertales. Especialmente estos días, en los que científicos rusos han aislado sangre de mamuts preservada en cierta medida. Aunque desde luego, obtener sangre de dinosaurios a partir de mosquitos embebidos en ambar, quedará para el campo de la ficción.
Recibiste un mosquito en ámbar del Mesozoico esta Navidad ¿bonito regalo para tu Clona-nova, no?.
Nope, jaja, por dentro es realmente carbón.
Nope, jaja, por dentro es realmente carbón.
Otro tópico de interés era el trabajo de sintetización de sectores del ADN y también de hibridación, para conseguir tapar las lagunas en el registro de ADN antiguo. Aunque recientemente se ha conseguido sintetizar ADN para crear la primera célula artificial basada en Mycoplasma mycoides, para aproximarnos a un ADN tipo aviano se requeriría un trabajo mil veces mayor al millón de pares de bases creado actualmente.
Y la hibridación tiene sus problemas, ya que solo se ha conseguido entre taxones cercanos como la vaca y el gaur (un bisonte). Aunque linajes próximos, el avestruz empleado por InGen y los dinosaurios estaban suficientemente distantes evolutivamente, como para producir incompatibilidades nucleares y mitocondriales.
La Rana con tara
Qué dilema cuando además te pones a rellenar huecos del ADN con el de ranas, y además pretendes que todos sean hembras. Tanto manipular por aquí y por allá y al final resulta que la rana escondía un príncipe y los recién escapados dinosaurios les da por ser hermafroditas, reproducirse, y sálvese quien pueda de este Disneyland con monstruos. ¿O tal vez no?.
Ser, o llamarse Laura, esa es la cuestión.
La teoría de hermafroditismo por el ADN de ranas es errónea teniendo en cuenta que ninguna de las especies de la que se toma material presenta este mecanismo. Y además el paso de hembra a macho es un tema debatido, especialmente porque algunos de estos comportamientos se debe a mutantes inducido por usos de pesticidas. Posiblemente la causa fuese un desliz a la hora de "sexar al dinosaurio". O tal vez el mecanismo de determinación de sexos en dinosaurios era parecido a la regulación del género en poblaciones de muchos reptiles, dependientes de la temperatura ambiente. Un error de becario con la temperatura de incubación, y no toda la puestas serían srta. Brachiosaurus.
¡Toxinas!
Aparte del encuentro con un Triceratops intoxicado por comer determinadas plantas, una de las apariciones más sorprendentes fue la forma con que atacaba a su presa el Dilophosaurus. El pobre hacker Dennis Nedry experimentó, en su corto encuentro, la ceguera, intenso dolor, ardor de ojos y parálisis con un solo escupitajo del terópodo. Un efecto similar al que es producido por la α-Cobratoxina que afecta a los receptores de acetilcolina de los músculos y produce parálisis.
Nuestra cariñosa amiga, la serpiente coral.
Pero no solo eso, en el campo de la ficción como nos encontramos, Dennis tuvo la mala suerte de encontrarse un coctail de toxinas. Para explicar el intenso dolor y ceguera, así como su rápido efecto, pudo deberse a que el escupitajo también incluía un complejo heteromérico como el del veneno de la serpiente coral, con proteinas tipo Kunitz y tipo fosfolipasas-A2. Mala suerte para Dennis, aunque tal vez si hubiese vivido hubiese tenido que soportar el efecto longevo (y doloroso) que producen estos últimos componentes.
Coctail metabólico
Y por qué no, vamos a seguir con los cócteles. En este caso, el enredo de inhibidores en lo que Ray Arnold describió como "contingencia de lisina". Un mecanismo de la ingeniería genética en los dinosaurios del parque para evitar la biosíntesis de lisina y que esta produjese la muerte en caso de no ingerirla por pienso incorporado en la dieta. El problema reside en que tuvo que mezclar conceptos con algunos de los mecanismos de control que InGen incorporase, porque la lisina no es sintetizada en el organismo si no que es un aminoácido esencial en vertebrados, por lo que artificial o no artificialment, siempre terminará en la dieta. Tal vez Ray como no biólogo, se debió confundir con algún mecanismo que el departamento de Dr. Henry Wu planease.
La seguridad hackeada, dinosaurios sueltos por el parque ¿qué será lo siguiente? ¿serpientes en el avión?
Parque Pleistoceno
Realmente sabemos poco del ADN de dinosaurios, descontando las aves. Y es bastante improbable que consigamos aislar material del Mesozoico. En cambio, si nos aproximamos al presente, contamos con bastante información genética de especies desaparecidas en tiempos recientes (hablando en escala geológica). Este es el caso de la paloma migratoria norteamericana. O también los mencionados mamuts. Con las gigantescas bases de información genética ¿veremos otra vez a estas especies deambulando por la faz de la tierra?.
Quién no quiere ver a este "pequeño" andando otra vez.
Así que parece que no solo aprendimos de dinosaurios con esta película, si no que aunque no nos venga a la mente directamente, también saltaron a la pantalla algunas curiosidades sobre genética relacionadas con los dinosaurios o tendencias que estaban en el límite ciencia ficción-realidad en aquel momento, y que hoy siguen siendo pioneras.
Este post no fue patrocinado en ninguna manera por InGen.
----------
Referencias:
No hay comentarios:
Publicar un comentario